Colombiano fue asesinado en Brasil por vecino que tenía casa por cárcel
El santandereano murió en manos de un hombre con brazalete electrónico.

Liliana Maria Rueda Parra, hermana de la víctima
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Bucaramanga
La familia de Mario Andrés Moná Ramírez un colombiano asesinado en Brasil el pasado 30 de agosto, ha vivido una carrera contrarreloj.
Si antes de este jueves no lograban reclamar el cuerpo del santandereano de 38 años en la morgue de Balneario Camboriú este sería enterrado como NN, pese a estar plenamente identificado.
Mario Andrés, oriundo de Barrancabermeja, llevaba casi nueve años viviendo en Brasil a donde emigró en busca de un mejor futuro.
Allá formó una familia. Dejó dos hijos y uno en camino, fruto de una relación con una mujer brasileña.
Según cuentan sus allegados era un hombre trabajador, muy querido por la familia y amante del fútbol.
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La tragedia ocurrió aparentemente tras una discusión con un vecino en estado de embriaguez, quien portaba un brazalete electrónico. Quien tiene detención domiciliaria por antecedentes judiciales.
“No entendemos cómo alguien con brazalete, que ya debía estar bajo control, pudo asesinarlo de esa forma. No había razón. Fue un acto de intolerancia”, contó Liliana Maria Rueda Parra, una de sus hermanas, quien viajó desde Colombia a Brasil para enfrentar el difícil proceso.
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Liliana Maria Rueda Parra, hermana de la víctima
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Al parecer fue atacado con arma blanca luego de regresar de un partido de fútbol. La agresión fue letal y dejó a su familia sumida en la angustia y la impotencia.
“Mi hermano días antes había tenido un problema con un vecino. Que es el mismo que le causó la muerte. Mi hermano estaba jugando un partido con el hijastro. Cuando iba llegando con el mercado a la casa escuchó que el vecino estaba peleando con la pareja. Mi hermano intentó calmarlo, pero se fueron a golpes y le dio propinó tres puñaladas en la espalda. Una le perforó el pulmón”, narró Rueda Parra.
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Investigación impide repatriación y demora el entierro
El cuerpo no puede ser cremado ni repatriado mientras avanza la investigación judicial.
La familia dice que no ha recibido información clara sobre el paradero o situación legal del presunto asesino.
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“No es que no queramos traerlo. Es que no nos dejan. Como fue asesinato, las autoridades brasileñas retienen el cuerpo para la investigación. No podemos moverlo hasta que eso se aclare”, Reynaldo Alexander Rueda Ramírez, otro hermano del santandereano.
Si un familiar no viajaba a Brasil sería considerado como no identificado (NN) por las autoridades locales.
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La lucha de una familia que no alcanza a despedirse
Con ayuda de amigos, familiares y conocidos se logró reunir los 3 millones de pesos colombianos necesarios para que su hermana viajara a Brasil.
Pues la madre de Mario Andrés, quien deseaba verlo por última vez, no pudo viajar por falta de recursos y miedo al impacto emocional.
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“Mi mamá quería ir, pero tiene mucho miedo. Teme desmayarse, no poder soportarlo. Además no había dinero para su pasaje. Solo alcanzamos para uno y ya estamos sobre el tiempo”, relata la familia.
La situación llevó a que amigos colombianos en Brasil realicen una colecta para al menos darle sepultura digna en suelo brasileño.
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“Solo queremos enterrarlo dignamente. Que no lo tiren como si no tuviera familia. Que pueda descansar en paz. Y que haya justicia. No puede ser que lo maten así y no pase nada”, concluyó su hermana.
En tres meses Mario Andrés Moná Ramírez iba a cumplir 39. Hoy su historia es símbolo del drama que viven muchos migrantes colombianos, irse en busca de una vida mejor y encontrar la muerte lejos de casa.




