Así avanza el regreso a clases presenciales en Colombia
Padres de familia le contaron a Caracol Radio cómo decidieron confiar en los colegios para que sus hijos volvieran a las aulas.
Bogotá abrió una nueva temporada de matrículas para el año 2021 con 113 mil cupos disponibles, 42 mil de estos para los tres grados de la educación inicial: prejardín, jardín y transición. Un proceso que se realizará únicamente de manera virtual, a través de www.educacionbogota.edu.co. Los estudiantes nuevos tienen plazo hasta el 30 de octubre.
Una noticia que tiene inquietos a varios padres de familia que quieren saber cómo se van a desarrollar las clases antes de matricular a los niños. En los últimos meses, en dos ocasiones los docentes del sector público han salido a las calles a explicar que no existen condiciones de bioseguridad para realizar clases presenciales bajo el modelo de alternancia.
Sin embargo, en algunos colegios privados desde hace un tiempo vienen realizando clases presenciales cumpliendo con todos los protocolos bioseguridad que como en el caso de las universidades, se han podido lograr con una importante inyección de recursos en tiempo record, para modificar la infraestructura de las escuelas.
En diálogo con Caracol Radio, Marcela Escobar, una madre de familia que tiene a sus dos hijas estudiando de manera presencial, desde hace algunas semanas, aseguró que la decisión la tomó porque desde un inicio, el colegio garantizó que los niños contaban con todas las condiciones para permanecer seguros dentro de las instalaciones.
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“Los protocolos empiezan a funcionar desde las rutas, antes de subir les desinfectan zapatos, maletas; llegan al colegio y nuevamente hacen un proceso de desinfección. En el colegio pusieron lavamanos en las zonas verdes, en la cafetería; instalaron pérgolas para que los niños pudieran hacer las filas guardando el distanciamiento establecido; compraron llaves y secadores automáticos para que no tuvieran que tocar nada, la lectura de la temperatura se toma a distancia; el colegio les compró los visores y nos capacitaron sobre qué debían hacer los niños al llegar a casa”, afirmó.
Uno de los mayores beneficios que ha encontrado de este regreso a clases según comenta ha sido la mejora del estado de ánimo de sus hijas de seis y diez años.
“Uno nota que están más activas, más felices. El cambio de ambiente, el estar sentadas todo el día, estar expuesta a las pantallas las tenía cansadas”.
Y aunque solo se quitan el tapabocas para tomar refrigerio, solo once niños están en el salón e incluso los recreos son controlados, su único temor es que los otros padres no cumplan con los protocolos en casa.
“No nos da miedo cómo maneja el coronavirus el colegio, pero sí lo que pasa en la casa de cada uno de los niños, sin embargo, llevamos un mes y todo ha salido bien”, e insiste en que lo importante es sentirse seguro, porque “también es válido que existan padres que sigan en la virtualidad”, sobre todo cuando no existen garantías para volver.