"El dulce corre por nuestras venas": Sergio Iván Morales Padilla

Bucaramanga

3 mil 500 unidades se venden los domingos entre las 2:30 de la tarde y las 7 de la noche en una de las fábricas de dulces de Floridablanca, Santander. Sergio Iván Morales Padilla, miembro de la cuarta generación de Obleas Floridablanca tiene la medida de la comercialización del producto, el día y el momento en que los habitantes del área metropolitana de Bucaramanga se vuelcan buscando el postre, luego del almuerzo familiar.

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72 años antes de la llegada en tropel de los comensales, una monja española regaló a Eloísa, bisabuela de Sergio Iván Morales un obleario. La dama, natural de San Joaquín, Santander y su esposo Clímaco, de Mogotes, instalaron una mesa y vendieron las hostias gigantes con dulce de leche. 30 años después, Eduardo Morales, veleño y Sonia Padilla, barranquillera, los padres de Sergio, fundaron Dulces El Paragüitas.

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Hoy, las dos empresas se mantienen como organizaciones familiares. Exportan a cuatro países. En el portafolio tienen 62 clases de obleas y dulces de todas las regiones colombianas. Hace 4 años, Sergio Iván, ingeniero de mercados de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, Unab, asumió la gerencia. Había comenzado muy chico labores, ordenando botellas de gaseosa y desempeñó todas las posiciones hasta llegar a la cúspide.

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Sus hermanos, un ingeniero de alimentos y una ingeniera financiera trabajan a su lado. Esta es la historia de una empresa familiar que mantiene viva la tradición de las obleas, las cocadas y los dulces que se consumen luego del almuerzo dominical en Floridablanca.

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