Incremento Salario Mínimo 2026: Estos serían los efectos en la economía y en la informalidad laboral
Expertos analizan el impacto que puede tener un aumento desmedido del salario mínimo para 2026 en Colombia.

Salario Mínimo 2026: estos son los efectos en la economía Colombia
La discusión sobre el incremento del salario mínimo para 2026 ya comenzó en Colombia, y con ella, el debate sobre su impacto real en la economía, la formalidad laboral y la inflación.
En entrevista con Caracol Radio, el abogado laboralista Camilo Cuervo Díaz analizó los riesgos de una subida excesiva y advirtió que el país podría estar repitiendo errores de los últimos años, cuando los aumentos “populistas” terminaron afectando más a los trabajadores que beneficiándolos.
Según Cuervo, el aumento del salario mínimo no es una opción política sino una obligación legal y constitucional, ya que debe garantizar la movilidad y ajustarse a factores como la inflación y la productividad. “El salario mínimo no puede quedarse estático, debe adaptarse al movimiento de la economía y a las condiciones básicas de supervivencia de los trabajadores”, explicó.
Sin embargo, el experto fue claro al señalar que un incremento desproporcionado puede tener efectos negativos sobre el empleo formal. “Una cosa es el deber ser, y otra el cheque. Si el salario se sube demasiado, muchas empresas no pueden asumir los costos de formalizar a sus empleados, lo que aumenta la informalidad. Y cuando eso pasa, los trabajadores terminan sin prestaciones, sin pensión y sin seguridad social”, dijo.
Riesgo de informalidad e inflación
Colombia tiene actualmente una tasa de informalidad laboral cercana al 60%, lo que equivale a más de 10 millones de personas que no ganan el salario mínimo legal ni cotizan al sistema de seguridad social. Para Cuervo, este panorama muestra que el verdadero problema del país no es el nivel del salario, sino la dificultad para cumplir con los costos que impone la formalidad.
“El salario se debe ajustar, pero si se excede, lo único que genera es más informalidad. Entre más alto sea, más difícil es para una empresa pequeña o un empleador independiente cumplir con las obligaciones. Y eso termina empujando a miles de trabajadores al mercado informal”, sostuvo.
El abogado también advirtió que los incrementos altos del salario mínimo tienen un efecto indirecto sobre la inflación, a la que calificó como “el peor impuesto para los más pobres”. “Cuando todo sube, desde los huevos hasta el transporte, el impacto lo sienten los que menos ganan. La inflación afecta a todos, pero golpea más fuerte al que vive del salario mínimo. Ese aumento en los precios es la verdadera causa de la pérdida del poder adquisitivo”, afirmó.
Consecuencias económicas
Cuervo criticó tanto al expresidente Iván Duque como al actual mandatario Gustavo Petro por haber iniciado, según él, una “carrera alcista del salario mínimo” sin sustento técnico. “Tanto Duque como Petro subieron el salario por encima del IPC, como una respuesta política más que económica. Eso generó efectos negativos en la inflación y deterioró la estabilidad de la economía. Mientras otros países de la región ya normalizaron su inflación, Colombia sigue estancada alrededor del 5%”, precisó.
El abogado advirtió que una propuesta de aumento del 12% o incluso del 15%, como se ha mencionado en algunos sectores del Gobierno, sería “nefasto para el país”. Según explicó, “un incremento de esa magnitud encarece no solo los sueldos, sino todos los costos asociados al salario mínimo: aportes, contribuciones, servicios, y contratos que dependen de ese indicador”.
Llamado a la sensatez en la mesa de concertación
En su análisis, Cuervo consideró que el Gobierno debería enviar una señal de prudencia y responsabilidad económica. “Estamos en un país con un 60% de informalidad y más de dos millones de personas que ganan por debajo del mínimo. No podemos darnos el lujo de aumentar tanto. Hay que llamar a la sensatez”, insistió.
El abogado recordó que Fenalco ya se retiró de la mesa de concertación salarial en rechazo a los porcentajes propuestos y advirtió que la Asociación Nacional de Industriales (ANDI) podría tomar una postura similar. “Las empresas están haciendo presupuestos para el próximo año y están viendo escenarios con incrementos del 15%. Eso manda un mensaje muy negativo al mercado”, señaló.
Finalmente, Cuervo hizo un llamado a que el debate sobre el salario mínimo no se convierta en un discurso político, sino en una discusión técnica y sostenible. “El salario debe subir, sí, pero con equilibrio. Si seguimos tomando decisiones por razones populistas, lo único que vamos a lograr es aumentar la pobreza y profundizar la informalidad”, concluyó.




