Orden Público

‘¿Actúo o no actúo?’: la incertidumbre de los militares frente a civiles usados como escudos humanos

Analistas afirmaron en Caracol Radio que si no se adapta la respuesta institucional, Colombia podría enfrentar un colapso en zonas donde los grupos armados ilegales imponen su poder.

GAULA Militar Oriente Colombiano. Foto: X FF.MM.

GAULA Militar Oriente Colombiano. Foto: X FF.MM.

Colombia

La guerra en Colombia cambió, pero la estrategia del Estado para enfrentarla no. Esa es la principal conclusión de algunos analistas consultados por Caracol Radio sobre el uso de la población civil como escudo humano por parte de grupos armados ilegales, a propósito de los 45 militares secuestrados en Cauca, a solo días de que fueran secuestrados otros 33 en Guaviare.

Según el senador Ariel Ávila, esta práctica, que comenzó con las disidencias de las FARC, hoy es replicada también por el Clan del Golfo y el ELN.

“En muchas zonas del país obligan a las familias a carnetizarse en juntas de acción comunal. Cuando llega el Ejército a hacer erradicación de cultivos ilícitos, imponen que dos personas por familia salgan a la azonada. Quien se niegue, enfrenta multas o desplazamiento forzado. Es un mecanismo sofisticado y cruel que convierte a los campesinos en escudos humanos”, explicó en Caracol Radio.

El senador Ávila advirtió que este fenómeno afecta directamente la capacidad de reacción de la Fuerza Pública, que queda atrapada entre su misión constitucional de combatir a los grupos ilegales y el deber de proteger a la población civil.

Es un dilema ético y jurídico permanente”, señaló, al tiempo que propuso fortalecer la presencia de la Policía rural y de los carabineros, además de reforzar la inteligencia en estas zonas críticas.

Una táctica “estratégica”: advierten analistas

El analista en seguridad y defensa Manfred Grautof aseguró que esta modalidad no es un hecho aislado ni coyuntural, sino una estrategia planeada.

“Esto no es nuevo, viene de tiempo atrás, pero durante el actual gobierno se ha intensificado. Los grupos armados entendieron que ya no podían enfrentarse al Ejército en combate abierto, como en 2008 o 2009. Hoy la confrontación se libra de otra forma: usando a la población como barrera para frenar las operaciones militares”, explicó.

Para Grautof, la gravedad radica en que las Fuerzas Militares no han actualizado su doctrina para enfrentar este tipo de guerra.

“Seguimos peleando con planes pensados para los frentes masivos de las FARC de hace 15 años, pero esa realidad ya no existe. La doctrina no se ha adaptado y eso deja a la tropa sin herramientas efectivas. En este contexto, planes como Ayacucho Plus o San Mateo no responden a los desafíos actuales”, dijo.

Añadió que las movilizaciones suelen ser convocadas a través de redes sociales como Facebook, TikTok y WhatsApp, donde circulan órdenes y amenazas contra la población.

“Los campesinos participan porque si no lo hacen, corren el riesgo de perder sus cultivos, de ser sancionados o incluso de ser desplazados. La coerción es absoluta”, apuntó.

Además, Grautoff denunció la falta de un sistema de inteligencia militar y/o policía eficaz que detecte con anticipación estas dinámicas.

“Estamos mandando unidades de infantería a pelear una guerra que ya no se libra así. No hay alertas previas, no hay helicópteros suficientes para extraer a las tropas cuando quedan copadas y la inteligencia no está enfocada en rastrear estas amenazas. Así podríamos enfrentar un revés militar grave, como el que ocurrió en Las Delicias en los años 90”, advirtió con preocupación.

Tropas militares: entre la incertidumbre y la falta de órdenes

La complejidad también se vive dentro de las filas. El coronel retirado Carlos Javier Soler explicó en Caracol Radio que los soldados se encuentran atrapados en un “limbo” operativo.

“El tema aquí es de órdenes. El soldado está entrenado para obedecer, pero cuando no hay directrices claras queda en la duda: ¿actúo o no actúo? Y al mismo tiempo está entrenado para el uso de la fuerza letal, pero no puede aplicarla contra una mujer, un niño o un campesino desarmado. Ese es el nudo del problema”, indicó.

El coronel (r) Soler enfatizó en que los derechos de los militares a la protección del Estado también deben ser considerados.

“No se trata de violar el derecho internacional humanitario, pero el soldado tampoco puede quedar en una posición en la que su vida esté en riesgo y no tenga respaldo para reaccionar”, dijo.

La salida, coinciden los analistas, no será fácil ni rápida, pues a pesar de que no es una estrategia nueva, ha ido en ascenso porque es la forma más fácil que encontraron los grupos armados ilegales de sacar al Estado de zonas que ellos controlan desde hace años.

“Si no se actúa con urgencia, podríamos enfrentar una debacle militar y política que tendría un alto costo para el país”, concluyó Grautoff.

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