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Exmilitares colombianos confesaron responsabilidad en magnicidio en Haití

Las declaraciones de los exmilitares también vinculan a líderes políticos como Joseph Badio y Claude Joseph como autores intelectuales.

Defensoría del Pueblo insiste en pedir garantías para exmilitares detenidos en Haití

Defensoría del Pueblo insiste en pedir garantías para exmilitares detenidos en Haití / COLPRENSA

Tras la detención de los 19 exmilitares colombianos vinculados al magnicidio del presidente haitiano Jovenel Moise, las autoridades del país iniciaron los interrogatorios para determinar cómo se planeó el asesinato, por qué mataron al mandatario y quienes estaban detrás del plan para sacar a Moise del poder.

Noticias Caracol reveló parte de estas declaraciones en las que principalmente habla el capitán (R) Germán Rivera García, el subteniente (R) Jheyner Carmona Flórez, el Sargento (R) Ángel Yarce Sierra y el soldado (R) Naiser Franco Castañeda quienes reconocieron que recibieron la orden de asesinar a Jovenel Moise.

El cambio de órdenes

Aunque inicialmente el plan era detener al presidente Jovenel Moise, Germán Rivera (conocido como Mike y líder del grupo) reveló que Joseph Badio, exfuncionario del Ministerio de Justicia de Haití, le dijo que las órdenes ya no eran las mismas y que ahora su objetivo era no dejar a nadie vivo en la casa presidencial.

“Dijo que había que matar a todos (…) los policías, la seguridad del presidente, todo el que se encuentre adentro de la casa”, dijo Rivera. Jheyner Carmona confirmó que la orden era que “si había hasta mascota, matar la mascota, que no podía haber ningún testigo”.

La orden cambió el objetivo central de los exmilitares quienes ya tenían lista una orden de captura que era ilegal y con la que se justificaba la detención de Jovenel Moise y toda la operación. Aun así, el subteniente (R) Carmona estima que solo tenían “entre 15 y 16 armas, de hecho, no todos los hombres iban con armamento”.

Con el cambio de objetivo se reestructuró el grupo de exmilitares en cuatro grupos, entre estos había dos claves: el sargento Duberney Capador sería el supervisor del operativo en la casa presidencial mientras que el capitán Germán Rivera estaría en la entrada.

El operativo

El 7 de julio durante la madrugada, el grupo se dirigió a la casa presidencial en seis vehículos y en uno de ellos iban los haitianos James Solages, Joseph Badio y cuatro policías. La caravana cruzó tres puntos de seguridad en los que asesinaron los policías encargados de la protección cercana a la vivienda de Moise.

Rivera detalló que en ese momento comenzó a cambiar el plan porque empezaron a dispararles desde la casa presidencial y se fueron a pie en vez de seguir en vehículos. Una vez llegaron a la casa siguieron con el plan de abrir una puerta pequeña a la fuerza, sin embargo, se dieron cuenta que el portón estaba abierto y por ahí ingresaron.

Carmona, quien hacía parte del grupo encargado de limpiar el primer piso detalló que cuando registraban los salones de la primera planta encontraron 4 o 5 policías que estaban “acostados pero vivos y decían: no, por favor, por favor, no (…) yo me quedé alumbrando porque era el único que tenía la linterna y otros compañeros se quedaron asegurando, otros les colocaron las esposas. Tenían armamento ahí, fusiles, pistolas, tenían muchas cosas ahí, simplemente no lo utilizaron”.

Entretanto en el segundo piso estaba el otro grupo, conformado por soldados que habían hecho parte del comando especial del Ejército contra narcotraficantes. Carmona contó que Capador, Yepes, Romero y Víctor Pineda entraron a la habitación en la que encontraron a Jovenel y a su esposa Martine Moise.

Carmona detalló que en el grupo dicen que Víctor Pineda, que entró a la habitación con un fusil M4, fue el primero en dispararle a Moise y que “está preocupadísimo, ese muchacho no tiene paz”.

El escape fallido

Luego de asesinar a Moise, los exmilitares pasaron a la siguiente tarea que era llevarse dinero de la casa presidencial ya que, según sus declaraciones, una parte de los billetes sería para la empresa CTU y otra parte sería su pago. A su vez se llevaron el sistema de grabación de seguridad y algunos documentos de Moise.

Luego de empacar las maletas con el dinero, las cámaras y los documentos en el vehículo en el que iba James Solage, el exfuncionario Joseph Badio y los policías haitianos se habían ido por lo que los colombianos quedaron solos, pero siguieron con el plan de llegar al Palacio presidencial.

Yarce explicó que el plan era que “Capador nos llevaba para el Palacio, que porque en el Palacio nos iban a proteger allá, y estaba la Policía y la nos iba a proteger”, sin embargo, la policía les bloqueó el paso y tuvieron que seguir a pie pero eventualmente se vieron acorralados y se refugiaron en una casa.

En la casa estaban esperando un rescate que les había prometido Arcángel Pretel, el colombiano vinculado a la empresa CTU, pero que nunca llegó. Luego de pasar toda la mañana intentando contactar a Pretel, en la tarde inició la ofensiva de los militares haitianos.

“Eso fue una locura total, eso escuchar y recibir tanto impacto, tanto plomo. Eso fue bastante aterrador para todos ahí, uno siente mucho miedo. Le daban ahí a la puerta, a las paredes, luego se iban y le daban a la casa de abajo”, detalló Carmona.

En medio de la ofensiva haitiana murió el sargento Javier Romero luego de que le cayera una granada de mano, después murió el sargento Duberney Capador al resultar herido con una esquirla de otra granada y no pudieron salvarlo porque no tenían equipo paramédico y finalmente murió el exsoldado Miguel Garzón.

“Garzón simplemente lo que decía en esos momentos, nos decía a nosotros era: mátenme, mátenme, mátenme, no me dejan así, esto duele mucho, esto duele mucho, mátenme (...) pero luego nos dimos cuenta que a él no lo mataron, a él se le disparó el fusil, él tenía la costumbre de andar con el fusil desasegurado”, relató Carmona.

La captura

Después de estar asediados durante toda la tarde, en la noche los colombianos se escabulleron entre los techos de las casas hasta que llegaron a la embajada de Taiwán porque, según Rivera, los haitianos no podían entrar allí porque era territorio de otro país.

Durante esa noche, el grupo de colombianos seguía siendo contactado por los autores intelectuales del magnicidio. Según Carmona, les decían que “ya la embajada de Estados Unidos se estaba moviendo, que iban a traer yo no sé cuántos soldados americanos, que para que nos sacaran”.

Pese a estas promesas y luego de casi 36 horas de fuga, las autoridades haitianas entraron a la embajada de Taiwán y allí encontraron a los colombianos escondidos en una habitación luego de haber registrado buena parte de la embajada.

“A la final se metieron, ingresaron, nos capturan, ahí pues nos colocan las esposas”, resaltó Carmona.

Los líderes políticos vinculados al magnicidio

Luego de su detención, los mercenarios colombianos detenidos contaron a las autoridades haitianas que hubo numerosos líderes y políticos vinculados al entramado para sacar a Jovenel Moise del poder, algunos con el plan de capturarlo y otros con la idea de asesinarlo.

Una de las declaraciones fue la del capitán Germán Rivera, quien confirmó que el médico y pastor Emannuel Sanon fue contactado por CTU y en la empresa “le dijeron que había la posibilidad, que había que hacer un plan de gobierno para que esa fuera su propuesta en sus aspiraciones a ser presidente”.

A pesar de que resaltan que Sanon sostuvo alianzas con varios miembros del poder judicial de Haití para llegar a liderar el país, el médico y pastor no logró conseguir apoyos para ser candidato político ya que “él seguía en sus mismas reuniones, pero eran reuniones ya repetitivas, no se avanzaba ya en nada. Él se quedó ahí estancado, hubo mucha gente que no volvió a ir".

Con Sanon fuera del plan central, el plan B era Windelle Coq, una exjueza que había sido destituida por Moise en febrero de 2021 y que sigue prófuga de la justicia. En este nuevo plan, se contemplaba la captura de Jovenel Moise y la idea de convertirse en la guardia presidencial.

Durante las reuniones para adelantar el plan B, que habrían sido en la casa de la jueza Windelle Coq también habría asistido el exsenador John Joel Joseph, quien también está prófugo de la justicia y que prometió asistencia de grupos criminales.

Pese a estos planes, ninguno se concretó porque luego conocieron la alternativa definitiva y era que luego de asesinar a Jovenel Moise “queda el primer ministro (Claude Joseph) y ellos ni siquiera tienen que hacer un plan de escape porque el primer ministro los iba a proteger. Y en vez de protegerlos los traicionó, les puso una trampa y a la media hora ya había dicho que eran colombianos, sin ninguna investigación y sin nada”.

Aunque los exmilitares colombianos han concordado en señalar a Claude Joseph como uno de los principales involucrados en el magnicidio, los investigadores y policía de Haití y su embajador en Colombia señalaron en semanas pasadas que Claude Joseph nunca había sido mencionado como alguien involucrado en el asesinato.

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