Las campañas del Sí y la campaña del No
Hace apenas tres semanas el opinometro de Datexto y la encuesta de Ipsos dejaban ver una situación bastante complicada para el Sí en el plebiscito, ya que las diferencias no superaban los dos o tres puntos porcentuales.
Solo la firma Cifras y Conceptos, mostraba una diferencia abultada para el Sí. De hecho, las diferencias en las encuestas llevaron a que las principales firmas encuestadoras se reunieran y colocaran unos criterios mínimos a la hora de hacer las encuestas. Entre otras cosas se dijo que debían ser cara a cara y que no podían bajar de las dos mil encuestas. No todos han cumplido el acuerdo.
En ese momento en que el No y el Sí empataban se dijo que tal situación del Sí obedecía a tres razones. Por un lado, a que la campaña del No tenía un único líder o cabeza visible que es el senador Álvaro Uribe, mientras que la campaña del Sí, no tenía cabezas visibles, había una gran cantidad de campañas y eso impedía generar un liderazgo sobre esa opción de voto. El otro argumento era que el uribismo había logrado unir el plebiscito por la paz a la imagen de Juan Manuel Santos. Incluso el propio Juan Lozano habló del Plebisantos, con la idea de convencer a los colombianos de que la paz era del presidente Santos y que el plebiscito debía evaluar su imagen. El tercer argumento, el cual por demás es obvio, es que la mala pedagogía que realizó el gobierno de los acuerdos de paz llevó a que los colombianos dieran como ciertos un montón de falsedades. Por ejemplo, el creer que con el acuerdo de La Habana se dará impunidad.
Así que la mayoría de analistas daban un empate técnico entre ambas opciones. El asunto central de la votación el 2 de octubre no es solo cuál de las dos opciones va a ganar, sino por cuanto se gana. Por ejemplo, existen reformas que traerá el acuerdo de La Habana que requieren de un gran apoyo popular. Una de ellas es la reforma al sistema electoral colombiano, el cual es bastante corrupto e inoperante. Dicha reforma solo la harán los partidos políticos por presión popular y de ser posible la van a evitar.
Sin embargo, a medida que las campañas se desplegaron en todo el país el Sí comenzó a ganar una ventaja visible en las calles. Varios analistas se equivocaron al decir que el Sí necesitaba una cabeza visible igual al No. Lo cierto es que la fortaleza del Sí, es precisamente la multiplicidad de cabezas y de liderazgos que ha desarrollado. En todo el país se han constituido comités que van más allá de los partidos políticos, del gobierno y de las FARC. Desde actores de televisión, cantantes caricaturistas, grupos de oración han desarrollado campañas en los 32 departamentos del país. Todas las campañas tienen problemas de financiación, pero en todas se nota un trabajo casa a casa.
Mientras tanto el No depende del liderazgo personal de Uribe y las limitaciones de sus argumentos son muy grandes. De hecho el domingo 11 de septiembre el propio Oscar Iván Zuluaga fue abucheado en Bogotá. Las campañas ciudadanas o de la sociedad civil han logrado crear buenos mecanismos de pedagogía bastante eficaces y la población ha logrado entender que al final siempre será mejor terminar un conflicto de 50 años y no prolongarlo otros tantos. La estrategia del Uribismo de manejar que el “Sí a la paz es votar No” con la idea de la renegociación es bastante cuestionable y la ciudadanía a entendido que eso de la renegociación es algo inviable.
Igualmente, las encuestas parecen indicar que la ciudadanía ha entendido que el proceso de paz con las FARC no es del presidente Santos sino que es un anhelo de millones de personas que han padecido la guerra durante años. En todo caso veremos una polarización mayor en los próximos días. Lo que preocupa es tanto el ex candidato Zuluaga como el ex procurador Ordoñez, han dicho ya en varias ocasiones que no hay garantías y que existe asimetría en la competencia electoral, tal vez preparando el camino para que el Centro Democrático, de seguir las encuestas 70-30 a favor del Sí, manifieste que se retiran porque no hay garantías. Amanecerá y veremos.