Política

Ecuador y Colombia se enfrentaron en la OEA por la fumigación área en la frontera

Ecuador y Colombia llevaron ante la Organización de Estados Americanos (OEA) el conflicto sobre las aspersiones colombianas con glifosato cerca de la frontera común, que han creado tensión en las relaciones bilaterales. El vicepresidente Santos dice que los argumentos de Ecuador no son reales sino emocionales

Ecuador y Colombia llevaron ante la Organización de Estados Americanos (OEA) el conflicto sobre las aspersiones colombianas con glifosato cerca de la frontera común, que han creado tensión en las relaciones bilaterales.

El contencioso se debe a la reanudación de las fumigaciones de Colombia de cultivos de coca en una zona muy próxima a la frontera con Ecuador que, según sus autoridades, daña los cultivos y provoca problemas de salud a su población.

Al trasladar la disputa ante la OEA, el canciller ecuatoriano, Francisco Carrión, reiteró la petición de su país a Colombia de que ponga fin a las aspersiones aéreas con glifosato y otros químicos. Al margen de su intervención ante una sesión ordinaria del Consejo Permanente del foro panamericano, Carrión declaró que, en este contencioso, "definitivamente no figura la ruptura de relaciones con la hermana Colombia".

El responsable de las relaciones internacionales de Ecuador pidió una visita a la zona de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), para que este organismo de la OEA pueda determinar directamente las consecuencias de las fumigaciones en los habitantes y en el medio ambiente de la zona fronteriza.

Por su parte, el vicecanciller colombiano, Camilo Reyes, negó tajantemente que el glifosato tenga efectos tóxicos en esas comunidades y aseguró que las aspersiones que, según dijo, "constituyen un acto soberano" de su país, se llevan a cabo dentro de la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.

Para el canciller ecuatoriano, la solución del problema actual con el vecino país pasa por "la inmediata suspensión de las aspersiones aéreas" y su realización de forma manual, "como estipula un compromiso colombiano" firmado por los dos países en diciembre del 2005.

Colombia sostiene que el glifosato es inocuo, algo que Ecuador niega. El ministro ecuatoriano aconsejó a Colombia que ambos países realicen un estudio conjunto sobre la toxicidad del glifosato y sus efectos en la salud humana y el medio ambiente, algo que ha sido sugerido también por la ONU.

Carrión alegó que a pesar de las aspersiones, en Colombia han aumentado en 10.000 hectáreas las plantaciones ilícitas de coca en esa región lo cual, según interpretó, es una "prueba palpable" de que la política de fumigaciones aéreas con glifosato, no ha dado los resultados esperados".

También rechazó cualquier intento de involucrar a su país en el "Plan Colombia" con acusaciones de la supuesta existencia de plantaciones de coca en territorio ecuatoriano cercano al río Putumayo. Reyes justificó la reanudación de las aspersiones en el hecho de que aumentaron en 13.200 las hectáreas cultivadas de coca tras un año de suspensión temporal de las fumigaciones.

"Ante este hecho, Colombia no tuvo otra alternativa que reanudar las aspersiones", precisó Reyes, tras asegurar que en este proceso se sigue el más estricto rigor técnico y que "eso impide que el glifosato se traslade a otras áreas" desde los puntos en los que aplica. "El glifosato no es tóxico para los humanos", subrayó al explicar el uso de tecnología "incluso de satélite" en medio de las máximas precauciones para no afectar a nadie.

El "número dos" de la Cancillería colombiana afirmó que lo que realmente contamina el medio ambiente son los cultivos de coca en los que se usan herbicidas ilegales y contra los que deben luchar ambos países, según dijo. Encomió los frutos de la fumigación aérea, un programa que, dijo, en el 2006 logró en Colombia la erradicación de 43.000 hectáreas de cultivos. Reyes manifestó que su país está a favor de la búsqueda de consenso con Ecuador en el tema de las fumigaciones y en otros de interés común.
Santos dice que los argumentos de la denuncia de Ecuador no son reales sino emocionales>/b>
El vicepresidente de la República, Francisco Santos, dijo no estar preocupado por la demanda que puso Ecuador contra Colombia ante la OEA por los efectos dañinos de las fumigaciones en frontera, y resaltó que los argumentos expuestos son políticos y emocionales pero no reales.
Afirmó que existen estudios científicos hechos por la misma OEA que le dan la razón a Colombia en cuanto que el glifosato utilizado en la aspersión aérea no es dañino para la salud humana.
"En una demanda de estas la razón prevalece sobre las emociones y creemos que la razón la tiene Colombia, sobre todo cuando se mira que el glifosato se utiliza dentro de Ecuador en cultivos de banano y nadie se preocupa", señaló el vicepresidente.

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