La dulce historia de la cooperativa de mujeres cafeteras en Boyacá

Tunja (Colombia)

Son mujeres persistentes con fe y orgullosas de su producto de algo que pareciera insignificante o ya desecho, la cascarilla de la cereza del café, se convierte en un manjar en las fincas de Moniquirá, departamento de Boyacá.

Florinda Rodríguez, representante de la Cooperativa Mujeres Cafeteras de Boyacá, dice que es conscientes el desperdicio en un 60% de la cosecha del café. La cereza, cacota o pulpa se pueden sacar aproximadamente 70 productos.

“En este momento estamos sacando un dulce de cereza de café, rico en fibra, tiene cafeína un poco menos que la pepa, pero es dulce”, cuenta.

Maribel Pinzón, es madre cabeza de familia, con las mangas de su blusa recogidas, con disposición de comerciante, reconoce que todo se puede aprovechar. “Cosecha solo tenemos en una temporada del año, y para no quedarnos quietas nos dedicamos a otros productos para mantener la cooperativa y nuestras familias”, narra Maribel.

La cooperativa surgió desde el año 2015 de la que hacen parte 16 mujeres cabeza de familia, las ventas las concretan en las ferias municipales con módicas sumas de dinero.

“Estamos vendiendo a $5000 el dulce de cereza de café, también podemos hacer de naranja y de piña, todo lo que se cultiva en la finca”, dice Florinda.

Aura Moreno es adulta mayor, posee mirada y sonrisa dulce como su producto, dice que la receta es secreta, sumado a todo el amor que le pone. “Eso sí son secretos de la casa, nos lo reservamos, pero son productos muy bien tecnificados, limpios y bien procesados”, explica doña Aura.

El dulce de cereza del café, es excelente para consumir con yogur griego, queso o como pasabocas.

Las reinas del dulce de la cereza del café, aunque tiene mucha creatividad, reconocen que necesitan apoyo en capacitación. Escuche el informe en Al Campo, de Caracol Radio, con Jorge Herrera.