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Política

Al punto de Alejandro Santos Rubino

“El espectáculo de los expresidentes”: Alejandro Santos Rubino

Varios episodios los dejan muy mal parados. ¿Por qué les cuesta tanto retirarse?

Mal momento el que viven los ex presidentes por estos días. Hace mucho tiempo que dejaron de ser muebles viejos donde el país no sabe dónde ponerlos. Hoy se parecen una lavadora de platos que se dejó prendida con la tapa abierta y dejan la cocina hecha un desastre.

El último episodio fue el cruce de cartas entre Pastrana, los hermanos Rosríguez Orejuela y Samper. Acto primero, Pastana muestra una carta de los ex jefes del Cartel de Cali donde dicen que financiaron la campaña de Samper. Acto seguido, los Rodríguez Orejuela desde sus cárceles en Estados Unidos, sacan otra carta diciendo que Pastrana los había chantajeado y que faltó a su palabra, Pastrana Rivera. Samper, a su vez, saca otra declaración pidiendo investigar a Patrana. En fin, todo muy bochornoso.

Pero un día antes, salió el ex presidente Uribe en redes haciendo un show con la youtuber EPA Colombia, una mujer condenada a cinco años de cárcel y símbolo de la violencia en la protesta social. Una imagen muy triste de la política colombiana.

Y, como si esto fuera poco, en la misma semana, se tuvo que cancelar la reunión de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores que convocó el presidente Duque para discutir el pleito con Nicaragua -cuando se acercan las audiencias en la Corte Internacional de la Haya- porque los expresidentes no se pueden ver la cara. Increíble. sus odios personales por encima de los intereses nacionales.

¿Por qué los expedientes han llevado tan lejos en sus peleas? Es normal que haya diferencias políticas e ideológicas, que son legítimas y hasta naturales. Pero la combinación de vanidad, ego y miedo a perder vigencia los ha llevado al terreno de los personal. Y en un país donde tantos factores se cruzan con la política como el narcotráfico, el conflicto armado, la paz, o la corrupción esas diferencias se vuelven más grandes y más irreconciliables.

¿Qué deberían hacer los ex presidentes una vez dejan el poder? Sencillo, retirarse de la política. Seguir el ejemplo de Belisario Betancourt que se dedicó a las letras y la cultura. O de Alberto Lleras que se refugió en su casa de campo en el municipio de Chía. O tantos más que se dedican a pintar, escribir, leer y mirar la realidad con distancia y sabiduría. Influir desde el conocimiento y la experiencia y no desde el hígado. Y claro está, siempre estar listos para cuando el país los necesite.

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