Criminales que asolan a Nariño se refugian en Ecuador: Ariel Ávila

Un panorama muy sombrío de seguridad en la zona Pacífica colombiana, azotada por bandas criminales y organizaciones guerrilleras, además de los enormes cultivos ilícitos, presentó este miércoles el analista Ariel Ávila, de la Fundación Paz y Reconciliación.

En entrevista con 6AM Hoy por Hoy, de Caracol Radio, habló sobre la decisión del Gobierno, que envió a la región otros 1.800 miembros de la Fuerza Pública, con lo cual se elevó a 9.800 el número de encargados de combatir a los generadores de violencia en esa parte occidental de Colombia.

Según Ávila, la dramática situación actual es el producto de que algunos estamentos en el Estado no dimensionaron lo que significaban los retos de seguridad en las zonas donde estaban las Farc. “Creyeron que con el desarme por obra y gracia la cosa se iba a arreglar; se demoró en entenderse la dificultad y en algunas zonas la situación se salió de las manos”, dijo.

También señaló que el Gobierno lleva un año inventando estrategias para controlar algo que estaba previsto. “No va a ser fácil enfrentar 12 estructuras criminales que se disputan el Pacífico, va a tardar un tiempo y la situación humanitaria es ya muy complicada en algunos puntos como El Charco y La Tula”, anotó.

Y añadió que ya hay uno grupos grandes como Guerrillas Unidas del Pacífico que operan en seis municipios, además del Clan del Golfo y el Eln que ha reactivado allí dos de sus estructuras.

Para Ávila, solo en la región de Nariño ya hay alrededor de 550 personas en esas estructuras criminales, que están reclutando jóvenes en zonas urbanas, con lo cual el número va a crecer rápidamente.

Cuando se le preguntó por qué las autoridades no son capaces de vencerlas, dijo que hay dos factores importantes: Uno de ellos es la vulnerabilidad de la frontera con Ecuador, a donde pasan a refugiarse muchos miembros de los grupos criminales. “Hay que mejorar la cooperación con Ecuador, porque los delincuentes se pasan al otro lado”, explicó.

La otra interpretación de Ávila es que hay temas de corrupción que se deben tratar de inmediato. Señaló, por ejemplo, que uno de los frentes del grupo Óliver Sinisterra “se reunió con las comunidades, las citó y el Estado no llegó a impedir esa reunión”.

“No entiendo, pero creo que la inteligencia y la contrainteligencia no funcionan”, señaló el analista Ariel Ávila.

Relató que los operativos por tierra han sido muy demorados, lo cual lleva a especie de confinamiento de los habitantes, quienes no salen de sus lugares de vivienda por miedo a reclutamientos o a que los citen.

Y puntualizó que en la región hay 11 municipios en alta vulnerabilidad, zonas con gran incidencia en los cultivos de coca, los cuales ya cobijan unas 40.000 hectáreas sembradas en el Pacífico.