Preocupación por la caficultura en Risaralda: hectáreas de tierra de café se venden para construir
Otra dificultad se presenta con el relevo generacional, los jóvenes no quieren trabajar el campo.

Foto: Federación Nacional de Cafeteros (archivo)
Pereira
Risaralda sigue siendo una zona cafetera; sin embargo, en la última década se ha tenido una disminución de, por lo menos, 10 mil hectáreas de tierra, que estaban sembradas con palos de café.
Según el comité de Cafeteros de Risaralda, Pereira actualmente tiene 3.009 hectáreas, 1.393 fincas cafeteras y 1.275 cafeteros, cifras que han presentado una disminución en los últimos años y que podrían cayendo si en el campo continúan desplazando los cultivos para reemplazarlos por construcciones.
Una realidad que no se puede ocultar y que tiene preocupado al Comité, toda vez que, sin el campo, también puede aumentar la crisis alimentaria.
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¿Qué han dicho las autoridades sobre el tema?
Sandra Milena García, extensionista del Comité de Cafeteros seccional de Pereira, dio a conocer esta situación en una sesión del Concejo Municipal.
“Hay una grave situación y es el desplazamiento de la caficultura, muchas áreas eliminadas y día a día ese número de hectáreas baja, es un fenómeno que se incrementó después de pandemia. Es imposible competir con el tema de la construcción, ya que los caficultores prefieren vender sus lotes antes de continuar con la caficultura”, expresó García.
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Además, manifestó la delegada del Comité de Cafeteros que otra causa de la reducción en las fincas cafeteras, se puede estar dando por el poco relevo generacional para continuar con este legado, debido a que muchos jóvenes deciden migrar de las zonas rurales a los cascos urbanos para buscar mejores oportunidades económicas.
“Ha sido difícil, no hay relevo generacional, los muchachos no tienen ese respaldo de quedarse en las fincas, prefieren irse a trabajar en construcción u otras labores. Ese es otro grave problema que merma mucho la mano de obra en las fincas cafeteras”, explicó extensionista
Frente a este tema el concejal Gustavo Villanueva, manifestó que es preocupante este cambio de visión de los cafeteros que han vendido sus fincas toda vez que sin el campo no hay ciudad.
“La gente no quiere trabajar en el campo, hoy en día se le paga a un recolector $1300 - $1500 por kilo, es complejo ya que a todos nos les rinde igual. A las fincas van los señores mayores, los jóvenes no quieren trabajar en las fincas, debemos buscar la forma de incentivar a los más jóvenes para que puedan estar en el campo”, afirmó el corporado.
Varios de los concejales señalaron que es importante tratar de no tener intermediarios a la hora de la venta del café, ya que muchas veces los precios no son adecuados y las ganancias para los cafeteros no son las ideales.