Los riñones son órganos muy importantes en el funcionamiento del cuerpo. Estos órganos son los encargados de eliminar los residuos que hay en el organismo, a través de la orina, y se encargan de mantener el equilibrio de sustancias químicas, tales como el sodio, potasio y el calcio, en el cuerpo.

De igual forma, tiene la función de generar hormonas que ayudan a controlar la presión arterial y estimular la médula ósea para que se produzcan glóbulos rojos.

Debido a su trabajo de desintoxicación del cuerpo, suelen estar igualmente expuestos a diversas enfermedades que pueden alterar todo el sistema. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el 10% de la población mundial padece una alteración renal irreversible.

Lo más grave de este tipo de enfermedades, como lo explica el doctor Joseph Vassalotti, director médico de la Fundación Nacional del Riñón en Estados Unidos, es que estas personas no suelen experimentar síntomas o no logran detectarlos a tiempo, lo que imposibilita una atención oportuna.

Señales de que sus riñones no están bien

Si bien la mejor forma de descartar una enfermedad o un mal funcionamiento de los riñones es a través de un examen médico, varios expertos han identificado algunas señales o síntomas que pueden darle pista de que es necesario y urgente una visita a su doctor.

Vassalotti, quien también es profesor clínico en la División de Nefrología de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, recomienda estar atento a los siguientes 7 signos que podrían indicar que tiene una enfermedad renal:

1. Problemas para dormir: cuando los riñones no filtran bien y las toxinas permanecen en la sangre en lugar de salir a través de la orina, una respuesta del cuerpo es tener problemas para conciliar el sueño. De hecho, según Vassalotti, la apnea del sueño es más común en personas con problemas en los riñones, que en la población general.
2. Tener la piel seca y con picazón: cuando los riñones no hacen una desintoxicación del cuerpo adecuada y no mantienen el equilibrio correcto de minerales y nutrientes en la sangre, esto se puede empezar a traducir en la resequedad de la piel y la picazón.
3. Sentirse más cansado, con menos energía y con menos capacidad de concentración: la acumulación de toxinas e impurezas en el cuerpo pueden hacer que las personas se sientan más cansadas, débiles y con dificultar para concentrarse. Incluso, pueden llegar a desarrollar anemia, que provoca mayor debilidad y fatiga.
4. La orina sale espumosa: se debe consular al médico si frecuentemente ve que su orina tiene un exceso de burbujas, pues podría indicar que tiene proteína, lo que es señal de que los riñones no están funcionando bien.
5. Pies y tobillos hinchados: la función renal disminuida puede provocar retención de sodio, lo que podría provocar hinchazón en los pies y tobillos. No obstante, Vassalotti señala que esto también puede ser signo de enfermedades cardíacas, hepáticas y problemas en las venas, en cualquier caso, se debe consultar al médico.
6. Disminución del apetito: la falta de apetito es otra consecuencia de la acumulación de toxinas en el cuerpo, que se da como resultado de una función renal reducida.
7. Sentir frecuentemente la necesidad de orinar: cuando los filtros de los riñones se dañan, provocan un aumento de las ganas de orinar que se puede sentir durante el día e, incluso, durante la noche. Esto también puede ser señal de infección o agrandamiento de la próstata en los hombres.

¿Cuándo consultar al médico?

De acuerdo con la Fundación Nacional de Riñones, con cualquier sospecha de un mal funcionamiento de los riñones, se debe consultar al médico. El doctor Vassalotti destaca que un síntoma muy grave es ver sangre en la orina. En este caso, se recomienda consultar de urgencias al médico, pues esta es, junto con varios de los anteriores síntomas, señal de que algo no está bien con sus riñones.

Asimismo, recuerda que las personas con riesgo a padecer enfermedades renales por presión arterial alta, diabetes, antecedentes familiares de insuficiencia renal o que tiene más de 60 años, deben hacerse exámenes anuales para detectar a tiempo enfermedades renales.