Defensoría del Pueblo en Urabá y el Tapón del Darién solicita medidas de “ordenanza migratoria”
El defensor regional del pueblo para Urabá-Darién, José Rendón, habló sobre las medidas necesarias para controlar la crisis migratoria en la frontera con Panamá.
Defensoría del Pueblo en Urabá y el Tapón del Darién solicita medidas de “ordenanza migratoria”
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Migrantes en la frontera entre Colombia y Panamá. Foto: Getty Images
El pasado 17 de septiembre, el presidente Gustavo Petro aseguró desde Nueva York, donde se encuentra para asistir a la Asamblea de las Naciones Unidas, que el Gobierno de los Estados Unidos busca construir un muro en el Tapón del Darién para frenar la crisis migratoria.
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Tras sus declaraciones, la Casa Blanca aclaró por medio de John Kirby, asesor de Seguridad Nacional del Gobierno de Joe Biden, que las aseveraciones del mandatario no son ciertas y se alejan de solicitudes realizadas por Estados Unidos para gestionar la situación.
Mientras tanto, en la frontera entre Colombia y Panamá la crisis migratoria se hace aún más aguda. Al mes de agosto, 2.500 personas cruzaban el Tapón del Darién cada día, según Human Rights Watch.
José Rendón, defensor regional del pueblo para Urabá-Darién, habló en 6AM Hoy por Hoy sobre la situación actual en la región.
Hizo un llamado a tomar medidas de regulación migratoria que ayuden a palear los problemas que la crisis ha traído no solo para los migrantes, sino también para las comunidades de la región.
El defensor explicó que la frontera entre Colombia y Panamá se extiende por 260 kilómetros. En ese sentido, construir un muro “es casi imposible en este momento y en plena selva”, señaló.
Comentó que, para él que se encuentra en terreno trabajando, la propuesta más realizable para gestionar la crisis migratoria en el Tapón del Darién es la que ha comentado desde hace dos años el Defensor del Pueblo, Carlos Camargo Assis.
La iniciativa que comentó consiste en “hacer actividades que nos permitan tener una ordenanza migratoria. Tener una frontera libre, ordenada, segura, vigilada, que permita que no haya violación de derechos humanos”.
Y añadió: “para eso se deben integrar todas las instituciones del Estado que en este momento no están haciendo función dentro de Tapón del Darién”.
El defensor regional explicó que en el Tapón del Darién no es posible hablar de un solo fenómeno de migración generalizada, pues se han identificado tres tipos de movimientos migratorios distintos.
En primer lugar, una migración intercontinental, con personas provenientes de Asia, África y países como Pakistán.
En estos casos, explicó, la tendencia general es que las personas paguen una especie de plan en el que les aseguran toda la ruta desde el sitio de origen y hasta su destino.
Los otros dos casos son las migraciones de las islas, con personas provenientes especialmente de Haití y Cuba. Y las migraciones continentales, con personas que viajan desde países como Ecuador y Venezuela.
Sobre los migrantes que provienen de Venezuela, el defensor Rendón comentó: “actualmente, se está dando una migración muy diferente, muchas de ellas en condición de calle, sobre todo en el eje bananero”.
Explicó que “hay una afectación en las comunidades porque muchas dependen de ese flujo migratorio”. Antes de la crisis migratoria, las poblaciones de paso sustentaban su economía, en parte, a través del turismo.
Denunció que “la migración es irregular y clandestina, no está regulada por el Estado. Eso permite que ciertas personas se lucren del negocio y mucha gente se sienta estafada”.
Por esta razón se presentan situaciones en las que no solo se agrava el flujo migratorio, sino que se pone en peligro la vida de las personas en éxodo.
Personajes como los coyotes, famosos traficantes de migrantes que cobran para guiar a las personas por alguna de las dos rutas terrestres o llevar a los migrantes por la ruta marítima que permite cruzar el Tapón del Darién, se aprovechan de las personas.
Es entonces cuando se presentan situaciones como abandono de personas en la selva, a merced de la picadura de algún animal venenoso, la lluvia, el hambre, las enfermedades y demás peligros que supone este agreste lugar.
Y entre todas estas personas, una porción de los afectados preocupa de forma particular a la Defensoría del pueblo: los menores de edad.
“Los niños que están pasando por el Tapón de Darién significan más del 40% de la población que está haciendo tránsito por esa selva”, concluyó el defensor Rendón.