La compra y uso de la palma de cera se considera un delito ambiental y podría dar cárcel
Esta palma está en vía de extinción por lo que, desde la Carder, recomiendan utilizar otro tipo de especies que no estén en la lista de protegidas.
Pereira
“Que la semana mayor, en la que recordamos la pasión y muerte de Jesucristo en el mundo católico, no sea la pasión y muerte de nuestra biodiversidad y de nuestros ecosistemas”, es la campaña que realizan desde la Corporación Autónoma de Risaralda durante los actos religiosos de la Semana Santa, con el fin de proteger las palmas de cera y vino que, además de ser las más utilizadas en esta época, están en vía de extinción.
Julio César Salazar, director de la Carder, indica que son especies que se cultivan más de 2.800 metros sobre el nivel del mar y crecen entre 4 y 5 centímetros al año.
“Primero es no comprarles, para desestimular el comercio; lo segundo es que se le debe avisar a una autoridad que en ese caso es la policía, y a los funcionarios de la Carder que vamos a estar desplegados por los sitios en donde se comercializa. Esas palmas se decomisan, se multa, y si vemos que es un deforestador furtivo, empezamos un proceso de judicialización”, aclaró el director de la entidad.
La autoridad ambiental recomienda utilizar otras especies como pinos pátula, eucaliptos, algunas hierbas aromáticas y follajes, que no están en riesgo, esto apoyado de una campaña que adelanta la Carder con la iglesia católica, algunos sacerdotes y monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez, obispo de la Diócesis de Pereira, para llegar a las iglesias y transmitir el mensaje de conservación.
Es importante recordar que las afectaciones ambientales son un delito que puede dar entre 8 a 12 años de cárcel.