Hondureña desarrolla la primera vacuna contra COVID-19 sin patente
El biológico de nombre Corbevax busca democratizar la producción de antígenos en los países relegados por las grandes farmacéuticas.
Vacunación contra COVID-19 / Getty Images
Se trata de la científica María Elena Bottazzi, codirectora del Centro para el Desarrollo de Vacunas del Hospital Infantil de Texas, quien, en compañía de su colega, el doctor Peter Hotez, decidió retomar el trabajo que habían adelantado unos años atrás para combatir las epidemias del SARS y el MERS, otro tipo de coronavirus que causaron terror en el 2003 y 2012.
La vacuna utiliza el método de “proteína recombinante”, una tecnología que durante décadas ha demostrado ser efectiva y confiable, tras ser utilizada en biológicos como el de la hepatitis B y la influenza; despertando una respuesta inmune en el cuerpo al administrar una cantidad controlada de proteínas provenientes del virus.
El equipo de Bottazzi actualmente se encuentra en conversaciones con Indonesia, Bangladesh y Botsuana para producir la vacuna en sus territorios, y espera que pronto suceda lo mismo en Centroamérica.
Podría interesarle: Así va la búsqueda de una 'vacuna universal' contra COVID-19
Según la investigadora, la falta de interés de los Estados Unidos en su vacuna se debe a que el método de desarrollo de la misma suele ser un poco más tardado que el de vacunas como la de Pfizer y Moderna, que utilizan el ARN mensajero; sin embargo, esta lógica no contempla que una vez obtenida pueden producirse una mayor cantidad de dosis a un menor precio, una ventaja que la India supo aprovechar, autorizando la aplicación de Corbevax a finales de diciembre del 2021.
Allí el laboratorio “Biological E” realizó los estudios necesarios y llegó a la conclusión de que su eficacia para prevenir la versión original del virus es de un 90%, mientras que para la variante delta es de un 80. Contra ómicron aún siguen haciéndose pruebas.
Podría interesarle: Necesitan más voluntarios para probar nueva vacuna contra Covid en Boyacá
Toda la información necesaria para producir esta vacuna es de libre acceso y plantea un nuevo escenario en el que el desarrollo de las vacunas covid no tiene como principal objetivo el de generar dinero.
