Orden Público

Punto para las víctimas en La Habana

Nunca se había estado más cerca de un acuerdo de paz con la guerrilla más reacia a reconocer sus actos violentos y nunca se había reconocido el papel de las víctimas.

Punto para las víctimas en La Habana

Punto para las víctimas en La Habana(Colprensa)

Finalmente, luego de 18 meses, hubo humo blanco en La Habana, sobre el tema de verdad, justicia, reparación de víctimas –al menos seis millones—y no repetición de hechos contra la población colombiana. Este es el punto 5 de la Agenda del Acuerdo General de La Habana que empezó en noviembre de 2012.

Es un documento integral complejo de entender para el ciudadano del común, pero a la vez cuidadoso en los detalles jurídicos para ser precisos en la ejecución de los compromisos de reparación, verdad y justicia.

No es el sello definitivo de la paz, pero ahora sí se puede decir que es lo más lejos que se ha llegado con las Farc, la guerrilla más numerosa y más reacia a pactar con el Estado un acuerdo que abra el camino al anhelo de reconciliación y fin del conflicto.

El bloque de este nuevo acuerdo diseña una nueva institucionalidad transitoria para la paz con la creación de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición; la Unidad Especial para la Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas en el contexto y en razón del conflicto; la Jurisdicción Especial para la Paz y las medidas específicas de reparación. Este es el núcleo en torno del cual se reconoce entre ambas partes el daño causado a millones de colombianos que han padecido de manera directa la violencia.

La médula del punto 5 de los acuerdos de La Habana formula una serie de principios para que las víctimas sientan que hacen parte de la solución del conflicto junto con los otros componentes básicos de los acuerdos: el principio de reconocimiento de las víctimas como ciudadanos con derechos; el reconocimiento de que debe haber verdad plena sobre lo ocurrido; el reconocimiento de la responsabilidad por parte de todos los involucrados de manera directa o indirecta en el conflicto, violaron derechos humanos y cometieron graves infracciones al Derecho Internacional Humanitario; y el reconocimiento de que habrá castigo para todos ellos.

Este último será uno de los temas más complejos de entender por parte de la opinión porque cárcel como tal no habrá, sino restricciones para la movilidad para quienes sean condenados por la jurisdicción especial de paz. Y esa puede ser una de las banderas de quienes saldrán a promover el no en la votación del plebiscito de paz.

Ojalá las palabras del jefe negociador Humberto de la Calle este martes en La Habana sean proféticas: “No es retórica decir que el anuncio del Acuerdo sobre el reconocimiento de los derechos de las víctimas, pronostica el posible fin del conflicto y el advenimiento de una paz firme”.

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