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Una mirada desde la literatura a los días que vive el país

Tres escritores reflexionaron sobre protestas, estallido social y la violencia; también hablaron de la necesidad del diálogo y de la radicalización

Una mirada desde la literatura a los días que vive el país

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Hora 20

En Hora 20 un espacio para reflexionar con tres importantes escritores los días por los que atraviesa el país. Se habló del estallido social, de las emociones, de la violencia, así como de las posiciones políticas radicales o moderadas. También una mirada a la imposibilidad de llegar a acuerdos, a sentarse a negociar con el otro y mirar si estamos más cerca de la revolución que del estancamiento. Por último, una opinión sobre el papel que juega el lenguaje en estos días de tensión y de búsqueda de consensos.

En tres semanas el país ha vivido intensos momentos, emociones y sensaciones dignas de un estallido social, producto de una reforma tributaria que ejerció como una chispa ante la ya acalorada realidad de una buena parte de la sociedad, por lo tanto, durante estos días, la rabia, la frustración, el odio y la desesperanza se juntaron para salir a las calles en búsqueda de un mejor país, como si fuera posible eso que llamó Mauricio García en su reciente libro al encontrar “arreglos emocionales”. De otro lado, de la orilla de la institucionalidad se ha echado mano de otras emociones: la del patriotismo, la de la esperanza o la desgastada “empatía” para hacerle frente al estallido al que hoy como país nos enfrentamos.

Esta realidad nos llevó a presenciar la conjugación de diversos actores que reúne desde indígenas hasta comunidades afro, pasando por estudiantes, sindicalistas, y los ahora llamados NINIS, no obstante, estas tensiones vividas también han llevado a un revisionismo histórico con el derribo de estatuas; a la resignificación de los monumentos, nos ha llevado a entender de nuevo la calle como el epicentro de la discusión de las ideas, pero al mismo tiempo el escenario de la violencia, pues lo que pintaría como una revolución también ha desatado una enorme violencia, una espiral que nos ha llevado a la degradación de la vida, al valor de la vida, como bien lo retrataba Melba Escobar en su columna de hace unas semanas. Tal nivel de desespero y de violencia ha llevado a una brutal respuesta por parte de la Fuerza Pública, así como se ha develado el poder del crimen organizado en el país y al tiempo la furia de cientos de manifestantes que ven en la violencia una forma de grito ante la desidia del Estado.

Lo que dicen los panelistas

Santiago Gamboa, escritor, periodista, columnista, autor de Necrópolis y Será larga la noche, resaltó que al paso que va el país “la noche va a ser larga y lenta”, ya que resaltó que se ha ido dejando crecer la cuenta de cobro que tiene un pasivo y un activo muy largo con una ciudadanía que quiere vivir mejor, lo que para él significa que las personas reclaman mejor educación, salud y un sistema de salud más democrático. Explicó que la ausencia de esos factores llevó a que las personas tuvieran una sensación de que el país que habitaba no les pertenecía, pero que ahora se entiende que “esta casa también es de ellos y que por lo tanto tienen derecho a hacer exigencias”.

En cuanto a las radicalizaciones, advirtió que la idea de las pequeñas tribus cumple un papel muy importante, pues se relacionan entre las mismas personas con los mismos pensamientos, por lo que considera que “sacar la cabeza” de esos espacios es necesario.

Para Melba Escobar, escritora, columnista en El Tiempo, autora de libros como La casa de la belleza y La mujer que hablaba sola, los reclamos son legítimos y la ira hasta se puede justificar, pero apunta que no está segura de qué tan efectiva o funcional está siendo la manifestación. Añadió que hay muchísimas tristezas, rabias, miedos y dolores acumulados en esta explosión social, “lo complejo de eso es que se traduzca en reclamos que se puedan canalizar de una forma racional y efectiva; ese es el gran dilema”.

De cara a la violencia, dijo que, si bien no es lo mismo que venga de la Fuerza Pública o de un estudiante, apuntó que le preocupa que a aquellos que llaman “tombos” también son jóvenes de clase media-baja que buscan ganarse la vida. “Nos cuesta trabajo pensar en términos humanos, siempre estamos queriendo discriminar ¿era estudiante? ¿era policía? ¿era vándalo? ¿era del Esmad? Los puntos de las vidas adquieren valores distintos según estatus”, concluyó.

Mauricio García Villegas, abogado, columnista, escritor, autor de El país de las emociones tristes, planteó que el último año ha sido de pasiones inusitadas para muchas personas en el país, pues recordó la pandemia, las crisis que se acumularon y ahora una “revolución callejera”. Resaltó que es importante tratar de entender las emociones que se juntan y que, según el autor de alguna manera por no saberlas manejar, pueden terminar estropeando algunos proyectos o procesos importantes. De otro lado, señaló que le preocupa que el país no sea capaz de salir de la actual situación y que las emociones tristes terminen impidiendo una salida.

En cuanto al odio, dijo que es una cosa humana que ha estado presente en la evolución, pero que en nuestro caso preocupa el hecho de que el odio conduce a la violencia. También rescató que uno de los problemas hoy, es el renacer de los odios, lo cual implicaría una reactivación del conflicto y de la violencia.

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