"El lenguaje tiene más ojos que el hombre": Augusto Pinilla

Bucaramanga

Una de las "figuras de lo incondicionado" ocurrió cuando Augusto Pinilla Vargas, entonces un niño enfermo de paperas dio con Quo Vadis, una novela histórica del autor polaco Henryk Sienkiewicz. Fue una revelación. La lectura de esa obra; de los evangelios y el aprendizaje del latín, en el internado de Zapatoca resultaron determinantes para que el pequeño se aficionara a la literatura y la poesía.

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Desde su finca en Cundinamarca, llamada San Luis, por el campesino que se la vendió, el autor santandereano y profesor de toda la vida atendió el llamado del Personaje de la Semana de Caracol Radio un año después de iniciado el confinamiento. Durante el encierro, escribió una novela que tentativamente llevará el título de Pandemonium.

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Durante el programa, el integrante de la "Generación sin Nombre" reflexiona sobre diversos aspectos, al tiempo que narra pasajes de su vida. Nació en Socorro. Su padre, un viejo maestro del derecho, "era un hombre sin risa ni sonrisa", afirma. Vivió mucho tiempo en Bogotá, ciudad que describe como un lugar triste porque "el aire huele a eucalipto".

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Reconoce que en Bucaramanga ha sostenido las tertulias más agradables junto a Donaldo Ortiz Latorre, los Navas Cadena, Josué Alfonso León Cancino, Jaime Gutiérrez Rivero y otras figuras que ya fallecieron como Jaime Luis Gutiérrez y Jorge Iván Arango.

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