Por inseguridad, aumentan las compras de armas traumáticas en Santa Isabel
Habitantes del sector sostienen que, ante el aumento de los robos y la ineficacia de las autoridades, adquirir estas armas es sinónimo de protección.
La situación de inseguridad, puntualmente en el barrio Santa Isabel, en la localidad de Los Mártires en Bogotá, ha llevado a sus habitantes a tomar medidas drásticas para enfrentarla. La compra de armas traumáticas (de letalidad reducida) se ha convertido en una alternativa reiterada, según los mismos habitantes, para no depender de una respuesta "tardía" de las autoridades.
"Desafortunadamente los habitantes de calle y la delincuencia común nos pueden robar y atacar, pero como somos ciudadanos normales, no podemos defendernos. La gente de bien ahora quiere armarse para no ser víctima de tanta inseguridad que hay en las calles", aseguró la señora María Cristina, una de las compradoras del sector.
Sin embargo, la ciudadana aclaró que "muchas de las personas que estamos aburridas de que nos estén robando y de ver tantos atracos, acudimos a comprar las armas traumáticas, principalmente para asustar a los delincuentes".
De acuerdo con Enrique, vendedor de estos artefactos, "las armas traumáticas en realidad son armas de letalidad reducida. Utilizadas en otros países para reducir un objetivo sin la necesidad de eliminarlo. En Colombia hay muchas tiendas de armas traumáticas; yo llevo operando desde el año 2017".
- Vigilante es la nueva víctima de homicidio en transporte público de Bogotá
- Un hombre fue asesinado dentro de un bus del SITP en medio de un atraco
- "La seguridad en Bogotá se salió por completo de control": Carlos F. Galán
Explicó también que "el tema de la venta de estos artículos tampoco es que sea tan seguido. Eso es por temporadas. Eso sí, ahorita en diciembre, que incrementan los robos, los hurtos, y demás, la gente empieza notablemente a comprar más de estas armas que en el resto del año".
Aclaró, a su vez, que "para hacer un proceso de venta, nosotros acá siempre pedimos la cédula y se verifican los antecedentes con ayuda de la Policía, para confirmar que no se tengan problemas penales. En caso que sean miembros de la Fuerza Pública, se verifican cuidadosamente los documentos policiales o del Ejército".
Y añadió que "a todos nuestros clientes les decimos que deben (por no estar las armas registradas en la ley) transportarla en su caja, con el proveedor y la munición aparte, con sus debidos papeles, la factura de compra y el seguro del club de tiro, opcional en Colombia. Y les explicamos cómo se debe manejar el arma, en qué caso, donde y cómo se debe disparar y cómo aplica la ley a la hora de utilizarla".
Pero advirtió que así como "hay tiendas en las que estamos trabajando en el pro de que esto no sea un problema, mientras tanto otras venden a diestra y siniestra, sin pedir papeles, simplemente a quien llegue con la plata. Es por eso que con estas mismas armas se está atracando a la gente".
"Si no hay un control ante la ley que permita estas armas, debería haber algo que obligue al vendedor a hacer una verificación de datos y antecedentes de las personas, para poder venderle a personas de bien y no a quienes las utilizan para robos u otras actividades ilícitas como extorsión y secuestro", propone el comerciante.
Los precios normales van desde $590.000 hasta $680.000, o incluso más costosas si se buscan otro tipo de armas distintas a las pistolas. Pero, según Enrique, son mucho más asequibles que un arma real legal, registrada en Indumil (que como mínimo cuestan alrededor de 4 millones de pesos). Por ello las traumáticas, en voz del vendedor, son una muy buena opción para la defensa personal, para el hogar y para el vehículo".