'El viaje de la muerte' la travesía para sacar droga desde el pacífico

En lo que va corrido del año las operaciones conjuntas entre la Armada y otras fuerzas estatales de Colombia y otros países han permitido el decomiso de más de 120 toneladas de narcóticos, entre marihuana, cocaína y metanfetaminas.Hechos por los cuales han sido capturadas alrededor de 50 personas.

Llama la atención que en su mayoría son extranjeros: Mexicanos, nicaraguenses, hondureños, panameños y principalmente ecuatorianos, navegantes expertos con conocimiento del océano pacífico y contactados para evitar que se filtre información a las autoridades colombianas.

Las organizaciones de narcotráfico han buscado todos los mecanismos para burlar a las autoridades. Desde el año 1995 cuando se incautó el primer semisumergible en Colombia, este mecanismo para sacar la droga vía marítima se ha ido modernizando hasta el punto de contar con dispositivos de comunicación satelital, no obstante quienes se embarcan en estos se someten al ´Viaje de la muerte´ así lo asegura el contralmirante Hernando Mattos Dager, comandante de la fuerza de tarea contra el narcotráfico Poseidon, tras advertir el riesgo de navegar en medio de la adversidad por las condiciones marítimas, en un espacio bastante reducido en un compartimiento que no les permite movilidad y en medio de toneladas de droga, durante más de una semana hasta llegar a su destino, en donde además pueden ser capturados.

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Según el oficial en los semisumergibles, por lo general viajan tres personas, en la mayoría de los casos son pescadores con habilidad para la navegación, gente de escasos recursos a quienes las organizaciones de narcotráfico les ofrecen pagos de USD 50.000 si van como marineros o USD 100.000, si se trata del ´Capitán´, si logran llegar a su destino y entregar el alijo.

Para Mattos Dager, la raíz del problema de violencia que se vive no solo en Nariño sino en otras regiones del país obedece al narcotráfico y la economía ilegal. El comandante de la Fuerza de tarea Poseidón señala que los grupos pretenden el control de las áreas de cultivos y minas ilegales y enfrentándose a otras estructuras que tienen los mismos intereses, de ahí que el trabajo se enfoca en golpear el financiamiento de éstas destinado al reclutamiento de menores, compra de armas y pagos a informantes sobre acciones o sitios en donde actúa la fuerza pública.