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Cártel de Sinaloa, un reto para la fuerza pública del Magdalena

Informe de la Fundación Paz y Reconciliación asegura que carteles mexicanos han fortalecido a Los Pachenca en el Magdalena.

Cártel de Sinaloa, un reto para la fuerza pública del Magdalena

Cártel de Sinaloa, un reto para la fuerza pública del Magdalena / Colprensa

El sombrío panorama de la Sierra Nevada de Santa Marta es cada vez más complejo. Poco se ha dicho sobre la realidad de la industria global de cocaína que mueve muchas toneladas al año e incluso en medio de la pandemia por el nuevo coronavirus.

Los duros golpes asestados por la fuerza pública de esta zona del país demuestran que las peligrosas mafias del narcotráfico han mantenido sus beneficios gracias a grandes cantidades de droga que fueron almacenadas antes de la llegada del COVID-19 y a sus múltiples modalidades de contrabando.

Esta situación no es nueva para la opinión pública ni mucho menos para las autoridades, como tampoco lo es la aparición de carteles mexicanos en Colombia, pero sobre todo en departamentos como el Magdalena, en donde actualmente existe una alianza financiera y delictiva con los grupos Los Pachenca y Clan del Golfo.

Así lo revela la Fundación Paz y Reconciliación, Pares a través de informe denominado ‘Efecto de los carteles mexicanos en grupos armados colombianos’, el cual indica que, en Santa Marta, Ciénaga, Zona Bananera, Aracataca, Fundación y otras poblaciones, hay presencia de estas mafias internacionales del narcotráfico.

“El informe de Pares tomó tres carteles mexicanos que ostentan la mayor relación con grupos armados colombianos. Estos son: Cártel del Golfo, Cártel de Sinaloa y Cártel Jalisco Nueva Generación. Dichos grupos han impulsado el fortalecimiento de grupos armados como Clan del Golfo, Caparrapos, Los Pachenca, Ejército Popular de Liberación-EPL o Pelusos, Grupos Armados Postfarc, especialmente del suroccidente colombiano, entre otros”, reseña el escrito publicado por la Fundación Paz y Reconciliación, Pares.

Según Pares, la investigación permite ver la injerencia de estos grupos en las subregiones en donde el Estado colombiano no ha logrado hacer frente a la ilegalidad.

LA SIERRA NEVADA, EL PARAÍSO DE ‘LOS DEMONIOS’

La Fundación Paz y Reconciliación, Pares señala en su informe que, los carteles mexicanos optaron por escoger estos territorios porque en la zona hay mayor presencia de grupos armados colombianos.

“Como lo advierte este y otros informes de Pares, estas nuevas conflictividades se dan producto de la disputa territorial por el control del mercado de la producción de cocaína; financiadas, en este caso, por carteles mexicanos”, dice algunos apartes de la investigación.

En el Magdalena, las autoridades manejan estos temas con hermetismo, pese a que académicos, defensores de derechos humanos y analistas en seguridad, revelan con estadísticas hechos sorprendentes que se desprenden de estos grupos.

“Cuando llegan los carteles mexicanos a darle a los carteles colombianos un apoyo financiero y también militar – porque traen armas y demás para poder controlar la producción y la calidad – ya viene una nueva versión de la participación de los carteles mexicanos en Colombia”, afirma el defensor de derechos humanos, César Barros, quien se encuentra exiliado en España por amenazas de muerte.

De acuerdo con este analista en temas de seguridad, el interés de la mafia mexicana en entrar en Colombia es por “la producción, compra y logística (...) ser puente de tráfico y la traída de armas a Colombia”

“En cuanto a la producción de compra y logística vemos que los carteles mexicanos sacan de Colombia mercancías desde los puertos de Cartagena, Barranquilla y Santa Marta. Ellos compran la mercancía, tienen a una persona que viene de allá para acá, miran la calidad de la producción y después de eso están en la logística. Hay carteles colombianos que tienen su mercado en otras partes del mundo y son rutas de carteles mexicanos”, refiere César Barros.

Este portafolio criminal tiene otros elementos que son las armas, la compra logística de narcóticos y también establecer alianzas entre carteles internos para que no haya problemas en las zonas en donde tengan producción y no se le aumente la presencia de otros grupos criminales o del Ejército Nacional y Policía.

ALIAS POPEYE, EL INTERMEDIARIO ENTRE LOS CLANES

Lo que es claro para los expertos en temas de seguridad en la Sierra Nevada de Santa Marta, como el antropólogo Lerber Dimas Vásquez, es que el cártel de Sinaloa tiene su aparición en  el Magdalena desde el año 2018.

“Encontramos un registro importante de algunas reuniones que estaban haciendo los mexicanos, a partir de que las condiciones de los puertos que ellos dominaban, – en Buenaventura –con la llegada de la DEA se complicó mucho la salida de droga y empiezan a buscar hacia estos lados para hacer acuerdos locales con bandas locales”, asegura Lerber Dimas Vásquez.

El puente del cártel de Sinaloa para la Sierra Nevada fue alias Popeye, quien se reunió con los cabecillas de Los Pachenca para empezar a reactivar una ruta del narcotráfico desde el puerto de Santa Marta.

“Esa reunión la hicieron con Chucho Pachenca, pero no fue posible porque lo que ellos ofrecían era la salida de lanchas rápidas, no era tan fácil porque la zona estaba colmada de hoteles (…) les funcionó mucho en la Alta Guajira. Lo que ellos buscaban era tener un centro de acopio en donde pudieran guardar la droga e irla sacando”, afirma el defensor de derechos humanos, Lerber Dimas Vásquez.

Estas investigaciones determinan el grado de peligrosidad al que están expuestas las comunidades asentadas en las zonas que son bastión del Clan del Golfo y Los Pachenca, sectores estratégicos muy cerca de plantaciones de coca, marihuana, laboratorios y puertos de exportación.

 

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