Agudizan protocolos de bioseguridad en las cárceles de Risaralda
El hacinamiento sigue siendo la principal amenaza frente a los posibles contagios dentro de los centro penitenciarios.
Pereira
Con el objetivo de salvaguardar la integridad de los 1.446 reclusos y las 345 internas que hay en las tres cárceles de Risaralda, desde el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario han implementado diferentes protocolos de sanitización.
Clarahibel Idrobo, directora regional del Inpec, aseguró que pese a que hasta el momento no hay ningún caso positivo de coronavirus en la población privada de la libertad y tampoco en los funcionarios de las cárceles, el hacinamiento sigue generando preocupación.
"Por el hacinamiento que tenemos en las cárceles nos vemos obligados a tener controles muy especiales. Tomamos medidas como el tamizaje, implementación de lavamanos en los patios para que los internos puedan hacer este proceso de manera continua y entregamos kits de aseo", afirmó.
Asimismo, relató que están ejecutando acciones concretas para blindar a los guardianes ante el COVID-19.
"Los funcionarios también han entrado en un plan especial, con horarios flexibles. Al cuerpo de vigilancia y custodia se le entregó el kit de seguridad para su trabajo y, en algunos casos, unos trajes para que en el momento que deban llevar a algún preso a hospitales puedan usarlos para evitar el contagio", mencionó.
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No obstante, el hacinamiento sigue latente en los centros penitenciarios de Pereira, Dosquebradas y Santa Rosa de Cabal y generan un riesgo porque no hay zonas de aislamiento suficientes en caso de que se registre un brote en esos lugares.