Tensión en el uribismo: Miguel Uribe Londoño pide reglas claras en cómo se elegirá al candidato

En entrevista con 6AM de Caracol Radio, Miguel Uribe Londoñ, precandidato presidencial por el Centro Democrático, expuso las serias preocupaciones que mantienen dividido al uribismo sobre el método para elegir al candidato que representará al partido en las próximas elecciones presidenciales.

Uribe Londoñp, quien ocupa el lugar que dejó su hijo Miguel Uribe Turbay tras su fallecimiento, fue enfático al señalar que lo que se vive al interior del partido “no es una pelea, es un desacuerdo” sobre la transparencia del proceso de selección del candidato presidencial.

Las reglas del juego: ¿Encuestas digitales o presenciales?

El corazón del desacuerdo radica en la metodología para medir la intención de voto entre los cinco precandidatos: María Fernanda Cabal, Paloma Valencia, Pablo Holguín, Miguel Uribe Londoño y Andrés Guerra.

Uribe Turbay propone un sistema basado en “varias encuestas que midan la intención de voto” bajo tres condiciones fundamentales: "Que sea presencial en hogares, que sea auditable y que sea publicable“, cumpliendo con la ley colombiana vigente.

El precandidato rechazó categóricamente el uso de encuestas digitales, argumentando que "deja por fuera el 33% de los colombianos porque no tienen internet o no tienen acceso a un teléfono". Además, cuestionó su confiabilidad al señalar que “esa encuesta digital puede ser contestada por cualquiera, en cualquier computador, varias veces, es posible, desde cualquier país”.

La encuesta que generó controversia

Durante la entrevista, Uribe Londoño se refirió específicamente a la encuesta de la empresa Atlas Intel, que había sido considerada en el proceso pero que, según reveló, presentaba serias objeciones.

“El presidente de Atlas Intel en esa reunión dijo que su encuesta no era auditable“, afirmó el precandidato, añadiendo que esta empresa “no cumple con la ley colombiana” y que sus resultados “no se pueden publicar” en Colombia.

Esta revelación pone en evidencia las tensiones entre los precandidatos sobre la validez de los mecanismos de medición, especialmente cuando algunas figuras del partido habrían mostrado preferencia por métodos digitales.

El papel de Álvaro Uribe: ¿Arbitro o espectador?

Frente a la percepción generalizada de que sería el expresidente Álvaro Uribe Vélez quien finalmente decidiría al candidato, Miguel Uribe Londoño defendió la imparcialidad del líder del movimiento.

“El presidente decide qué decisión toma, pero él ha dicho que él acepta este proceso, que entre nosotros los cinco precandidatos está el candidato”, afirmó, recordando que fue el mismo expresidente quien invitó a la familia Uribe Turbay a presentar un precandidato tras el fallecimiento de su hijo.

El precandidato mostró confianza en que Uribe Vélez mantendrá su palabra de que el proceso se resolverá mediante encuestas y no mediante designación directa.

La propuesta concreta: Múltiples encuestas para mayor transparencia

Uribe Londoño detalló su propuesta concreta para desbloquear el impasse: realizar tres o cuatro encuestas de diferentes medios de comunicación y promediar sus resultados.

“Si son dos o tres, se ven las tendencias. Ninguna encuesta va a ser igual en cuanto a quién gana o quién pierde en el número de respuestas. Pero sí debería haber una tendencia más o menos parecida“, explicó el precandidato.

Esta metodología, según Uribe Londoño, serviría como “una forma de control de que el trabajo se dé hecho bien hecho” y permitiría cubrir “todo el universo electoral”.

El llamado a la unidad y la transparencia

Más allá del método de selección, Uribe Londoño hizo un llamado a recuperar la confianza al interior del partido y a centrarse en los problemas nacionales.

“Tenemos que dedicarnos a la causa, a mi causa, que es Colombia, y a la de nosotros, y a la tuya, y a la de todos. Que tenemos que arreglar el problema que tenemos de seguridad, de violencia, de secuestro, de extorsión“, afirmó.

El precandidato insistió en que su posición no responde a intereses personales sino al “interés general y el interés del partido”, buscando garantizar que el candidato surja de “un proceso de selección que mida intención de voto, no que mida otro tipo de cosas”.