Ciencia y medio ambiente

Este simple gesto podría sugerir que su pareja es un psicópata, según estudio

Investigadores identifican vínculos entre personalidades con rasgos oscuros y el uso coercitivo de contactos físicos como abrazos o tomar de la mano.

Este simple gesto podría sugerir que su pareja es un psicópata, según estudio

Este simple gesto podría sugerir que su pareja es un psicópata, según estudio / PeopleImages

Un abrazo en un momento de tensión, una mano que sostiene la suya durante una discusión o una caricia en la espalda cuando se siente vulnerable. Estos gestos, universalmente considerados muestras de afecto y apoyo, podrían estar escondiendo una intención mucho más siniestra.

Una investigación pionera de la Universidad de Binghamton, en Nueva York, alerta que su pareja podría estar utilizando el contacto físico no para consolarlo, sino para controlarlo y manipularlo, un comportamiento asociado a personalidades psicópatas y narcisistas.

El estudio, publicado en la prestigiosa revista ‘Current Psychology’, desentraña la compleja relación entre el tacto y los rasgos de personalidad conocidos como la “Tríada Oscura”: el psicópata, el narcisista y el maquiavélico. Según los hallazgos, no todos los contactos físicos en una relación son bienintencionados. De hecho, pueden ser instrumentos para establecer autoridad y fomentar la sumisión.

El lado oscuro de un abrazo

El profesor de psicología Richard Mattson, autor principal del estudio, lo explica sin rodeos: “No todas las formas de tacto tienen buenas intenciones y no todos los abrazos son inofensivos. Pueden ser utilizados al servicio de uno mismo a expensas de la pareja”.

Esto significa que un gesto aparentemente cariñoso, como tomarle del brazo o rodearle los hombros en medio de una confrontación verbal, podría ser una táctica calculada para interrumpir su patrón de pensamiento, invalidar sus emociones o reafirmar un poder desigual en la relación.

La investigación se basó en el análisis de 500 estudiantes universitarios estadounidenses mayores de 18 años que mantenían una relación sentimental. Se les preguntó sobre su comodidad general con el contacto físico, su tendencia a evitarlo y, crucialmente, si alguna vez habían usado el tacto de una manera que no fuera beneficiosa para la otra persona. También completaron cuestionarios para medir sus niveles de psicopatía, narcisismo y maquiavelismo.

Diferencias de género en la manipulación táctil

Los resultados, aunque aplicables a ambos sexos, mostraron matices interesantes según el género:

  • En los hombres: Aquellos con rasgos de la Tríada Oscura y que además sufrían de ansiedad en la relación (miedo a ser abandonados) eran más propensos a usar el “tacto coercitivo”. Este comportamiento, según especulan los investigadores, busca obtener tranquilidad y reafirmar la conexión, especialmente en respuesta a celos o inseguridades. Es una forma de afirmarse físicamente para recordarse a sí mismos y a su pareja el vínculo que existe.
  • En las mujeres: Las que poseían estos rasgos oscuros mostraron una mayor incomodidad personal al ser tocadas. Sin embargo, esto no les impidió utilizar el tacto como un método de manipulación. Para ellas, el contacto físico puede servir como una herramienta para “aumentar el poder interpersonal”, es decir, para asegurar y consolidar su control dentro de la dinámica de la pareja.

Señales de alerta: cuándo un gesto deja de ser cariñoso

¿Cómo distinguir entonces una muestra genuina de afecto de un intento de manipulación? La clave no está en el gesto en sí, sino en el contexto, la intención y cómo le hace sentir.

  1. El momento: Preste atención si el contacto físico ocurre predominantemente durante o inmediatamente después de una discusión. Si un abrazo o un intento de tomar su mano parece buscar interrumpirle, callarle o “apaciguarle” en lugar de escucharle, es una señal.
  2. Cómo se siente: Después del contacto, ¿se siente validado, escuchado y amado? ¿O se siente invalidado, confundido y manipulado para dejar de expresar su malestar? Confíe en su instinto. Si un abrazo le hace sentir pequeño o controlado, su cuerpo le está dando un mensaje importante.
  3. El patrón: La manipulación rara vez es un evento aislado. Observe si este uso del tacto forma parte de un patrón más amplio de comportamientos controladores, falta de empatía o egocentrismo.

Los investigadores son cautelosos y admiten las limitaciones de su estudio, como el hecho de que la muestra se limitara a jóvenes universitarios. Se necesitan más investigaciones con parejas más diversas y de mayor edad. No obstante, este trabajo es el primero en demostrar un vínculo significativo entre los rasgos de personalidad oscura y el uso coercitivo del tacto.

Nuestros hallazgos subrayan la importancia de considerar los rasgos de personalidad para entender cómo se percibe y se usa el tacto en las relaciones románticas”, concluyen los autores. El interés en esta área está en su infancia, pero puede ser crítico para comprender completamente la dinámica del afecto y el control en el amor.

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