El poderoso Quintero de Medellín que la Fiscalía “olvidó”. (II)
En 6AM de Caracol Radio revelamos hechos que comprometerían a Miguel Quintero Calle, hermano del exalcalde y candidato presidencial Daniel Quintero, en investigaciones judiciales de alto interés para Medellín y el país.

Miguel Quintero Calle, hermano del exalcalde de Medellín, Daniel Quintero,
Miguel Quintero Calle, hermano del exalcalde de Medellín, Daniel Quintero, y que, según documentos que reposan en la Fiscalía General de la Nación, fue un poderoso personaje en los años de alcaldía de su hermano, actualmente imputado —y en cuya gestión cerca de cuarenta funcionarios y contratistas han resultado vinculados a decisiones judiciales— parece que ha pasado de ‘agache’ ante la opinión pública.
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No obstante, el bajo perfil podría perderse si la Fiscalía avanza en las investigaciones en las que su nombre se menciona en repetidas ocasiones, incluso con registros de conversaciones y asombroso material gráfico que deja pocas dudas de la bonanza que vivió a la sombra de la pasada administración.
Los casos son numerosos y, según fuentes de Caracol Radio, demuestran un enorme poder de Miguel Quintero.
Control de Miguel Quintero en contratos claves
La EDU (Empresa de Desarrollo Urbano), por ejemplo, habría sido controlada por Quintero a través de Wilder Echavarría (actualmente asesor del Ministerio de Minas). Paralelamente, en Metroparques se nombró a otro de sus amigos más cercanos, Jorge Liévano, hoy imputado por corrupción. Otra de las empresas con las que contrataba Metroparques era Cyan, donde el representante legal ya fue imputado por corrupción, y en la que se habrían direccionado contratos por más de 33 mil millones de pesos, según testimonios que reposan en Fiscalía.
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La Fiscalía ha sostenido que no hubo estudios previos que certificaran el valor real de los bienes adquiridos por el contratista. También, que se realizaron compras como balones, medallas, uniformes e implementos deportivos, al parecer con sobrecostos por valor de más de 3 mil 700 millones de pesos, y que se hizo una modificación del manual de contratación de Metroparques. Lo más grave es que se trata de un despilfarro de recursos del Presupuesto Participativo Local de Medellín, que iban destinados al deporte y recreación.
Esa libertad con la que se movía Miguel en la alcaldía de su hermano Daniel le permitía tener más cercanías. Hablamos de María Eugenia Domínguez y Laura Mejía, ambas acusadas por varios casos relacionados con corrupción durante la alcaldía de Quintero.
Cabe aclarar, en otro cuestionado caso, Laura María Mejía Higuita, como líder de Programa Unidad Logística del Área Metropolitana del Valle de Aburrá; María Eugenia Domínguez Castañeda, en calidad de gerente general de Metroparques; Viviana Del Valle Velásquez, jefe de compras de Metroparques; Carlos Augusto Jaramillo Villareal, secretario general de Metroparques; y César Augusto Chavarría Múnera, Jefe en logística de eventos de Metroparques, cometieron presuntos actos de corrupción al manipular un proceso de contratación pública para beneficiar indebidamente a la empresa Constru Américana S.A.S. A través de esta acción, se destinaron 243 millones para construir una bodega innecesaria e inestable en el Parque de Las Aguas, sin una planificación adecuada.
“El jefe” Miguel Quintero
Los testigos señalan que todos ellos llamaban a Miguel Quintero “el jefe”. Múltiples testimonios en poder de la Fiscalía ubican a Miguel Quintero como un hombre que entraba a esas entidades prácticamente a dar órdenes, que pedía que le rindieran cuentas los directivos y empleados, y que estaba muy al pendiente de los procesos de contratación.
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Uno de los primeros contratos de esta situación tan poco transparente fue el de los jardines de la ciudad. Sucede que Medellín es una ciudad verde, llena de corredores sembrados con árboles y plantas. Históricamente se habían caracterizado por estar limpios y bien cuidados, y durante décadas los empleados del Jardín Botánico de la ciudad eran los encargados de mantenerlos.
Sin embargo, en los años de la administración Quintero los jardines empezaron a verse abandonados. La razón fue que un contrato por 5.200 millones fue entregado a la Reforestadora El Líbano. El mismo se hizo entre la Secretaría de Infraestructura, en cabeza de la exsecretaria Natalia Urrego Arias (cercana al senador Carlos Trujillo) y Metroparques, a través del gerente, Jorge Liévano, imputado y acusado por la Fiscalía General de la Nación. Se tienen pruebas documentales y más de 21 testigos, con lo que se evidencia el direccionamiento de este contrato.
La Procuraduría concluyó que las condiciones en las que se modificó el contrato y prorrogaron el plazo, desconocieron principios de la función administrativa. La calificación de la Procuraduría fue que la conducta de Urrego y Liévano es una falta gravísima cometida con culpa gravísima.
Pero las movidas de Miguel, hermano de Daniel Quintero, no se quedaron allí. Según consta en declaración que reposa en las gavetas de la Fiscalía y a la que tuvo acceso 6AM, entra aquí en escena una camioneta Toyota TXL blanca, de placas GXK 272, que está a nombre de Quintero. Les contaremos por qué la camioneta se vuelve clave y la mención de alguien conocido como ‘El Montañero’.



