Después de 18 años, una familia de Envigado pudo enterrar a su hijo víctima de un falso positivo
Max desapareció en 2007, cuando tenía 24 años, y su rastro se perdió en Santa Marta. Militares lo engañaron con una supuesta oferta de trabajo.

Después de 18 años, una familia de Envigado pudo enterrar a su hijo víctima de un falso positivo / fotografo
Envigado, Antioquia
Durante casi dos décadas, la familia de Max Avendaño Hernández vivió con la incertidumbre de no saber qué había pasado con él. Max desapareció en 2007, cuando tenía 24 años, y su rastro se perdió en Santa Marta. Solo hasta ahora, 18 años después, su madre, hermana y otros familiares pudieron despedirse de él y sepultarlo en el cementerio central de Envigado, el municipio donde creció.
La historia de Max es una de las tantas que componen el drama de las desapariciones forzadas en Colombia. Según la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), fue víctima de un falso positivo: militares lo engañaron con una supuesta oferta de trabajo y lo condujeron hasta una zona rural del municipio de El Copey, en el departamento del Cesar. Allí fue asesinado y su cuerpo fue presentado como una baja en combate, el 8 de septiembre de 2007.
Lea también:
Su cuerpo permaneció enterrado como NN en un cementerio alterno de ese municipio, donde en los últimos años han sido recuperados más de 50 cuerpos. El de Max fue identificado recientemente gracias a pruebas de ADN comparadas con las de su madre, en un trabajo articulado entre la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas y Medicina Legal.
Este caso hace parte de un proceso que involucra a 15 miembros de la fuerza pública que ya reconocieron su participación en el crimen, aunque no fueron seleccionados como máximos responsables por la JEP. Todos fueron convocados a una audiencia pública en Bogotá, donde deberán confirmar sus versiones y entregar más detalles sobre este y otros crímenes cometidos en la región Caribe.



