Cali: Las mujeres siguen en desigualdad, la tasa de desempleo es del 11,8% frente a 10,2% para ellos
A pesar de que un 26,5% emprende como alternativa, ganan un 30% menos que los hombres y soportan la mayor parte del trabajo de cuidado no remunerado

Imaegen de referencia sumistrada por el Observatorio para la Equidad de las Mujeres
En el marco del Día Internacional del Trabajo, un análisis del Observatorio para la Equidad de las Mujeres, la Fundación WWB Colombia y el programa Cali Cómo Vamos revela una persistente desigualdad laboral para las mujeres.
Las mujeres emprendedoras tienen menos posibilidades de acceso al desarrollo de sus economías
A pesar de que un 26,5% emprende como alternativa de sustento, ganan un 30% menos que los hombres y soportan la mayor parte del trabajo de cuidado no remunerado, dedicando el doble de tiempo a estas tareas.
“Las mujeres emprendedoras tienen menos tiempo para sus emprendimientos y esto se debe a la sobrecarga de trabajos de cuidado que tienen en sus hogares. Muchos emprendimientos funcionan en el hogar porque ellas buscan conciliar la vida laboral con la personal, pero esto no es tan sencillo. El hecho de que el emprendimiento funcione en casa hace que las mujeres tengan menos conexiones comerciales y menos aliados a la hora de vender sus productos. La digitalización ha servido, pero no es suficiente. También encontramos que no logran acceder a recursos del sistema financiero; todo esto confluye para que las mujeres emprendedoras se enfrenten a más barreras”, afirmó Soraya Husain, directora de Investigación de la Fundación WWB Colombia.
El 47% de las emprendedoras gana entre un salario mínimo y menos de dos, el 55% tuvo que iniciar su emprendimiento con ahorros propios y el 49,2% de las trabajadoras está en la informalidad, lo que limita su acceso a seguridad social y pensión.
El empleo formal se encuentra en el 11,8% para ellas frente a 10,2% para ellos
Según datos del mercado laboral del DANE, analizados por Cali Cómo Vamos, revela que las mujeres tienen participación en un 56% mientras los hombres tienen un 75%. La tasa de ocupación femenina fue 18,1 puntos porcentuales menor que la de los hombres, y la tasa de desempleo fue más alta para ellas (11,8% frente a 10,2%).
Además, recalca el informe que, el panorama fue aún más crítico para las mujeres jóvenes y afrocolombianas. La tasa de desempleo para las mujeres entre 18 y 28 años fue 18,4%, y para las mujeres afrocolombianas llegó al 16%, lo que evidencia barreras adicionales de acceso al trabajo en algunos grupos poblacionales.
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“Los datos de mercado laboral de Cali y Yumbo visibilizan que las brechas por género en favor de los hombres, tanto en la tasa de participación, como en la tasa de ocupación, fueron similares a las de 2023. Si nos centramos en las mujeres desde un enfoque interseccional, encontramos que entre ellas la situación también fue diversa. Por ejemplo; las mujeres migrantes venezolanas, aunque tuvieron una tasa de ocupación 12 puntos porcentuales más alta que el resultado general de las mujeres, este mismo grupo poblacional tuvo el promedio salarial más bajo frente a los otros grupos poblacionales. Otro caso es el de la tasa de desempleo, donde en las mujeres afrocolombianas y jóvenes fue mayor a otros grupos poblacionales. Así, las estrategias para fomentar el empleo no solo deben estar vinculadas al acceso al empleo femenino, sino a la calidad del empleo, y a las oportunidades que desde ahí ellas puedan acceder”, indicó Alejandro López, director del programa Cali Cómo Vamos.
El trabajo de cuidado y del hogar no son valorados ni remunerados
En cuanto al trabajo de cuidado no remunerado, esta sobrecarga limita a las mujeres en el tiempo dedicado a sus emprendimientos y sus conexiones comerciales, expertas como Natalia Escobar, directora de proyectos del Observatorio para la Equidad de las Mujeres y docente de la Universidad Icesi, resaltan la invisibilidad y falta de valoración de este trabajo esencial.
“El trabajo doméstico y de cuidado no remunerado corresponde a todo el cuidado que históricamente las mujeres han hecho para sostener la vida en el planeta Tierra. Puede ser el cuidado directo, por ejemplo, alimentar a alguien, bañarlo, cuidarlo, o el trabajo indirecto de limpiar la casa, entre otras actividades. También es el trabajo que se hace por fuera del hogar de manera comunitaria y que sostiene la vida de las comunidades. Es muy importante que empecemos a reconocer todo este trabajo, que además no es pago ni valorado por la sociedad como un trabajo, que es valioso y que sostiene la vida”, indicó Natalia Escobar, directora de proyectos del Observatorio para la Equidad de las Mujeres y docente de la Universidad Icesi.
¿Cómo mejorar las condiciones laborales para las mujeres?
Natalia Escobar, indicó que, lo primero que hay que hacer es reconocer y valorar el trabajo de cuidado, de casa y el comunitario. Según el DANE este tipo de labores no remuneradas representa aproximadamente el 20% del total del PIB del país.
"tenemos que reconocer este trabajo como trabajo para poder empezar a legislar sobre él y para poder empezar a poner límites a redistribuirlo y a entender que es un problema de todos y no solo de las mujeres“.
Otra de las alternativas depende de las empresas, donde pueden generar programas de guarderías, de apoyo a cuidado a personas mayores. Brindar oportunidades de trabajo remoto en ciertos momentos del día o permisos especiales para que las mujeres puedan acceder a un trabajo formal.