¿Qué significa cuando una persona evitar conflictos?: mire lo que dice la psicología
Le explicamos los motivos que hay detrás de personas que evitan pelear o enojarse.

El conflicto hace parte de la condición humana. De acuerdo con el Colegio Oficial de Psicología de Madrid, a estas situaciones diarias se les podría definir como, “al proceso psicológico interno de oposición de fuerzas” y que se ve en diferentes ámbitos como entre dos personas, con comunidades y grandes grupos de gente.
En ese sentido, hay elementos para considerar si una situación es conflictiva, según lo que explica esta misma fuente: los motivos que desencadenan el problema, las acciones que ponen de manifiesto que existe un conflicto y los actos que las personas harán para resolverlo.
No obstante, hay una parte de la población que prefiere no pelear, no dialogar y evitar una confrontación. Por eso, en este artículo, le explicamos por qué esto sucede según la psicología y cómo identificar este tipo de personalidad.
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¿Por qué una persona evita la confrontación?
Se puede tener una variedad de motivos como la crianza, la personalidad o heridas de rechazo. Para encontrar los motivos reales para evitar pelear o problemas, hay que analizar de forma completa la historia de vida de la persona y las situaciones que enfrenta.
De acuerdo con la consulta psicológica Goya, una infancia con padres estrictos y autoritarios que reprendían a los niños de ese momento o problematizaban sus opiniones son personas que no quieren generar disgusto. Unido a esto, también están las heridas de rechazo en las que, cuando se expresan sus sentimientos, las personas se sienten castigadas o menospreciadas.
Otro motivo por el que se tiende a evitar el conflicto se puede ver en la personalidad. Pueden ser personas tranquilas, que no se enojan con facilidad y, por ello, no necesitan de discutir y prefieren otras formas para resolver las situaciones que no los hacen felices.
¿Qué tipo de personalidad evita el conflicto?
Hay arquetipos de personalidad que incluyen esta característica y no hay una que se centre en la evasión de los problemas. Sin embargo, sí hay patrones que logran identificar a una persona con este defecto:
- No le gustan las situaciones sociales incómodas: si es una persona que no puede hablar cuando hay una discusión o que prefiere irse en momentos de silencios incómodos, puede ser una persona que no le guste dialogar sus problemas.
- No comunica sus opiniones o sentimientos: como se mencionó antes, puede que haya experiencias pasadas que generaran un comportamiento en el que es mejor callar antes de crear problemas innecesarios.
- Cede ante los deseos de los demás: a esto se le podría llamar una persona complaciente, que le cuesta determinar cuáles son sus necesidades sociales y prefieran las opiniones de otros para no sentirse mal consigo mismos.
- Le cuesta establecer límites: está relacionado con el anterior punto, debido a que, al ser complacientes, no toman con seriedad escuchar lo que realmente quieren.
- Padece de ansiedad social en diferentes niveles: la ansiedad se puede ver reflejada como huyen de conflictos personales y no conversar con otras personas que lo pongan en condiciones vulnerables. De hecho, una personalidad evasiva del conflicto intenta no salir o expandir su zona de comodidad.
Para mejorar este aspecto personal, es recomendado ir a un especialista de la salud mental y encontrar técnicas para cuestionar ciertas conductas que lo lleven a esta situación.