5 ‘paraísos terrenales’ de Cundinamarca: Tienen cascadas, minas y paramos para explorar

El departamento de Cundinamarca es un destino relevante en Colombia, principalmente por su geografía diversa, riqueza natural, pero también porque contiene a Bogotá, la capital del país.

Su ubicación en la región andina le otorga una variedad de pisos térmicos, desde cálidos valles hasta fríos páramos, lo que permite una biodiversidad característica

Esta diversidad climática favorece la presencia de diferentes ecosistemas, como bosques de niebla, montañas, cañones y zonas de alta montaña, que albergan una fauna y flora endémicas.

Cabe destacar que el territorio de Cundinamarca, también es conocido por sus formaciones geológicas, incluyendo cuevas, minas y cascadas que han sido moldeadas por miles de años de actividad natural.

Adicionalmente, es importante decir que sus suelos ricos en minerales han sido históricamente explotados, por lo que han dejado espacios subterráneos que hoy son atractivos turísticos.

Asimismo, la presencia de páramos, que son considerados como fábricas de agua, hace que este departamento sea una fuente vital de recursos hídricos.

Otro punto que vale la pena resaltar es su historia prehispánica y colonial, que se entrelaza con sus paisajes y ofrece una combinación de tradición y naturaleza que seduce a los visitantes.

Su ubicación geográfica, la cercanía de sus locaciones con la urbe bogotana y la facilidad de acceso a entornos naturales hacen de Cundinamarca un destino ideal para el ecoturismo, el senderismo y la exploración.

‘Paraísos terrenales’ que vale la pena visitar en Cundinamarca

Estos territorios pueden catalogarse como paraísos terrenales por su belleza, biodiversidad y riqueza tradicional autóctona.

En primer lugar, está el Páramo de Sumapaz, el más grande del mundo por su extensión aproximada de 333.420 ha, es una zona de vida y un ecosistema indispensable para la regulación del agua.

Su biodiversidad, con frailejones y fauna endémica, lo hace un lugar particular y esencial para la conservación ambiental. Su imponencia y tranquilidad lo posicionan como un destino perfecto para el ecoturismo y la contemplación.

En segundo lugar, está la Cascada La Chorrera, la más alta de Colombia, es un espectáculo natural que ofrece senderos entre bosques y vistas impresionantes. Su caída de agua de más de 590 metros es un destino imperdible para los amantes de la naturaleza y la aventura.

Además, en tercer lugar, está la Mina de Sal de Nemocón, que combina historia y geología en un recorrido subterráneo lleno de formaciones salinas únicas.

Su espejo de salmuera y túneles iluminados la convierten en un destino turístico que mezcla cultura, historia y belleza natural, atrayendo a quienes buscan una experiencia diferente. También, vale la pena mencionar que este lugar estuvo dentro de las locaciones de la película ‘Los 33′ que muestra cómo se vivió la tragedia de los mineros atrapados en la mina San José, en Chile.

Por otro lado, en cuarto lugar está la Laguna de Guatavita, que es un territorio envuelto en leyendas muiscas; destaca por su atractivo natural con aguas de tonos esmeralda.

Es conocida por su relación con la mítica leyenda de ‘El Dorado’. Esto la hace un destino fascinante tanto para exploradores como para historiadores.

Finalmente, las Rocas de Suesca son un paraíso del turismo de aventura en Cundinamarca. Su formación rocosa es fundamental para los entusiastas de la escalada y el senderismo, de esta forma, suele atraer deportistas y amantes de la adrenalina.