¿Dormir poco podría generar demencia?: Expertos explican los causantes y consecuencias
Estos son algunos de los beneficios de tener una buena rutina de sueño y las consecuencias de no dormir lo suficiente.
Dormir es esencial para el bienestar general y la salud física y mental. Esto debido a que durante el sueño, el cuerpo lleva a cabo funciones vitales de restauración y reparación, que son fundamentales para mantener un óptimo funcionamiento del organismo.
De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud (NIH), el sueño adecuado juega un papel crucial en la regulación de hormonas relacionadas con el apetito, el metabolismo y el sistema inmunológico. En ese sentido, agregan que la falta de sueño se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar condiciones como la obesidad, la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares e incluso una esperanza de vida más corta.
Beneficios de dormir bien
La falta de sueño puede desencadenar variedad de problemas en el cuerpo y la mente, pero, por el contrario, según la Oficina de Prevención de Enfermedades y Promoción de la Salud de los Estados Unidos, tener una rutina de sueño saludable puede beneficiarle en los siguientes aspectos:
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- Disminuye el estrés y mejora el estado de ánimo.
- Ayuda a pensar con más claridad y a tener un mejor desempeño en las actividades diarias.
- Tener mejores relaciones interpersonales.
- Reducir el riesgo de padecer diferentes enfermedades.
- Reduce el riesgo de sufrir problemas de diabetes o enfermedades del corazón.
- Mantener un peso saludable.
Si tiene problemas para conciliar el sueño o cree que sufre de insomnio, es recomendable consultar con un profesional, para evitar algunas de las consecuencias que esto causa.
Consecuencias de no dormir bien
En el ámbito mental, el sueño desempeña un papel fundamental en la consolidación de la memoria, el procesamiento cognitivo y la regulación del estado de ánimo. De acuerdo con la Clínica NYR y sus especialistas, no dormir lo suficientemente bien puede afectar negativamente a cualquier individuo en los siguientes aspectos:
- Reducción del tamaño del cerebro: la revista Neurology ha demostrado que perder demasiadas horas de sueño puede provocar que se reduzca el volumen de determinadas regiones cerebrales.
- Cambios en los ciclos de sueño: el insomnio o sueño irregular puede provocar fatiga, dolor de cabeza, cefaleas, etc.
- Falta de concentración: dormir muy poco puede ocasionar desconcentración o volver a los individuos más propensos en incurrir en diferentes errores por no estar concentrados.
- Afecta el hipocampo: la región asociada con la memoria y el aprendizaje puede verse afectada por la falta de sueño. La razón de esto es que durante las horas de sueño los neurotransmisores cerebrales se reponen y ante la falta de estas se genera una pérdida de conectividad entre las neuronas presentes del cerebro.
¿La falta de sueño puede generar demencia?
Tal como lo explica un artículo publicado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH), un nuevo estudio que analizó datos de alrededor de 8,000 personas en Gran Bretaña descubrió que dormir pocas horas podría estar relacionado con un mayor riesgo de padecer demencia.
Durante un período de 30 años, los participantes informaron cuántas horas dormían por noche en seis ocasiones, y algunos utilizaron dispositivos para medir su actividad. De los participantes, 521 fueron diagnosticados con demencia alrededor de los 77 años en promedio.
Los investigadores encontraron que aquellos que dormían seis horas o menos por noche tenían un 30% más de probabilidades de desarrollar demencia en comparación con aquellos que dormían siete horas por noche.
Ante esto, la Doctora Séverine Sabia de Inserm y el University College de Londres señala la importancia de comprender mejor el impacto del sueño en la salud cerebral a través de futuras investigaciones.
Asimismo, otro estudio que se realizó con ayuda de la Base de datos de investigación del seguro nacional de salud proporcionada por la Oficina del Seguro Nacional de Salud de Taiwán, indicó que los pacientes con insomnio primario tuvieron un mayor riesgo longitudinal de desarrollar demencia y que los pacientes jóvenes con insomnio primario mostraron una mayor incidencia de demencia que los pacientes mayores.
Si bien se requiere más investigación por parte de los científicos, ambos estudios sugieren una posible conexión entre la falta de sueño y la demencia.