En peligro de extinción: esta es la situación de los líderes ambientales en América Latina
América Latina y el Caribe es considerada la región del mundo más peligrosa para los defensores del planeta. Colombia ocupa el primer lugar entre los sitios donde los crímenes parecen no acabar.
La situación de seguridad y garantías para los líderes ambientales en América Latina y el Caribe es tan compleja como el estado mismo de los recursos naturales y la crisis climática.
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Represión, inseguridad, violencia y atentados contra la vida son solo algunas de las situaciones que enfrentan a diario los defensores de la integridad del planeta.
Están “en peligro de extinción”, en palabras del abogado ambientalista chileno Carlos Baraona.
Según él, en los últimos años la situación ha empeorado y los defensores del medio ambiente cada vez corren más peligro. Así lo dio a conocer en una conversación con la agencia EFE, partiendo de su propia experiencia.
En el año 2004, el abogado chileno fue sentenciado por la justicia de su país. Lo acusaron por injuria en contra de un senador de su país, luego de que este diera declaraciones sobre las consecuencias de la tala del alerce, una especie de árboles milenarios en ese país.
Hasta febrero de 2023, cuando el caso culminó, Baraona tuvo que luchar por defender su postura. Finalmente, fue resuelto a través de una condena de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en contra del Estado chileno.
Amenazas a la vida
Baraona aseguró que las garantías para la vida y la defensa del ambiente en América Latina no son un asunto fácil. Así lo expuso durante el II Foro sobre Defensoras y Defensores de Derechos Humanos en Asuntos Ambientales, que se lleva a cabo en Ciudad de Panamá el 27 y 28 de septiembre.
“Los defensores ambientales están en peligro de extinción, cada defensor se levanta sabiendo que puede sufrir represalias fuertes”, expresó.
Explicó que la mirada de América Latina ha virado hacia “una política de entender la explotación de los recursos de forma intensiva bajo la mirada intencionada de que esto genera trabajos, inversión y fuentes de empleo”.
En ese sentido, el continente es objeto de “un apetito voraz por los recursos”. Explicó que la situación viene empeorando en países como Colombia, Brasil y México.
En estos sitios, según cifras de la ONG internacional Global Witness, existen los índices más altos de vulnerabilidad para la vida y acción de los ambientalistas.
En el año 2022 fueron asesinados 177 defensores ambientales en el mundo. El 88% de estos crímenes se perpetraron en América Latina.
Las cifras de monitoreo de la situación ponen en evidencia que Colombia es el país más peligroso para la defensa del medio ambiente en América Latina y el Caribe.
Sesenta líderes ambientales fueron asesinados en 2022 en el país, casi duplicando el número del año 2021 (33 asesinatos), según Global Witness.
El trabajo de monitoreo de la organización inició en el año 2012. Desde entonces han documento el asesinato de 1.335 líderes ambientales en América Latina. La cifra representa el 70% de todas las muertes en la región.
La Amazonía: punto de interés y disputa
Además de Global Witness, muchas otras organizaciones a nivel internacional han puesto bajo la lupa las dinámicas que se tejen en torno a la Amazonía.
Es considerada el pulmón verde del planeta y el ecosistema más importante para la sostenibilidad ambiental del continente.
“Hay comunidades históricas que han vivido siempre en la selva, que tienen mucho interés de ser explotadas para generar agricultura intensiva u otro tipo de extracción”, apuntó Baraona.
Muchas de ellas se encuentran en sitios como el Amazonas, donde la selva es agreste, inexplorada e increíblemente rica en recursos naturales.
“Brasil creo que ha sufrido y Colombia. Son los dos países que tengo más presentes”, dijo el abogado Chileno durante el evento en Panamá.
Añadió que siente “empatía y preocupación por lo que les pasa a los defensores. El caso de Colombia, es impresionante”, aseveró.
Acuerdo de Escazú: una salida
El Acuerdo de Escazú, es uno de los logros más relevantes en cuanto a gestión diplomática de la crisis ambiental. Firmado en 2021 por 25 países, a la fecha solo 15 lo han ratificado con la intensión de hacerlo efectivo.
“El Acuerdo de Escazú es reciente, está en una etapa que no sabemos a dónde va a ir ni qué fuerza va a ir agarrando, depende que las comunidades lo hagan suyo y aporten presiones para que se avance”, detalló Baraona.
Añadió que este tratado de derechos humanos relacionados con el ambiente es algo en lo que confía para salir adelante de la crisis que amenaza al medio ambiente, tanto como a la vida de quienes lo protegen.
Expresó que en casos jurídicos como el que tuvo que enfrentar en su país, son vistos “con preocupación por gobiernos como el de El Salvador, que tendrá menos interés de ser parte del acuerdo para evitar cuestionamientos”.
“Tengo fe en el Acuerdo de Escazú, es el primer pacto importante”, concluyó.