Oración para viajar por carretera: ¿Cuál es el santo de los viajeros?
En la fe católica hay un personaje al cual ofrecer cada intención particular. El caso de los viajeros no es la excepción. Conozca cuál es el santo para encomendarse en un viaje, distinto a la Virgen del Carmen.
A la hora de emprender un viaje, ya sea por tierra, aire o incluso marítimo, para muchas personas es importante encomendarse a la intercesión de algún santo.
Unos optan por ponerse en manos de la figura católica a la que siempre acuden. Otros, por el contrario, escogen el santo indicado para cada asunto particular, según la fe católica. Incluso hay ocasiones en las que varios personajes del santoral interceden por una misma intención.
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Para el caso de las personas que viajan por carretera, el santo más conocido en distintos países es San Cristóbal. Aunque se sabe poco sobre su historia personal, se ha convertido en un referente de protección para los viajeros.
Sin embargo, en el contexto colombiano también hay otros santos, advocaciones de la Virgen María e incluso arcángeles que tienen una función especial de protección para los viajeros.
Entre ellos están, por ejemplo, la Virgen del Carmen, Santa María del Camino y el Arcángel San Rafael.
San Cristóbal, el santo de los viajeros
Su nombre de pila era Relicto y nació en Canaán, una región del Asia Occidental, que se ubica entre el mar Mediterráneo y el río Jordán.
Se dice que su padre era un rey, sin embargo, no se conoce si era de Sidón o Tiro, dos poblaciones que aparecen en los relatos bíblicos.
Trabajaba para Gordiano I, entonces emperador de Roma, quien aun ostentando cargos de gran poder como ser el gobernador de África, sentía gran temor del diablo con solo oírlo mencionar.
Relicto tenía la intención de servir al señor más grande que hubiese y al enterarse de que había alguien tan poderoso que incluso hacía temblar al propio emperador, emprendió la búsqueda del diablo para ponerse a su servicio.
Cuenta la historia que un brujo anciano se dispuso a acercarlo al diablo. Pero este sentía temor, igual que el emperador Gordiano I, cuando pasaba frente a una cruz.
Cuando Relicto preguntó al anciano por qué sentía miedo ante la cruz, este respondió que no temía a esta, sino a quien había muerto en ella, Jesucristo.
Al percibir que el personaje del que hablaba también parecía ser una figura de poder, Relicto preguntó qué sentía el diablo ante Jesucristo. El anciano respondió que este también temblaba con solo oírlo mencionar.
Entonces Relicto decidió no continuar en su búsqueda del diablo, sino empezar a buscar a Jesucristo, que parecía ser aún más poderoso, para ponerse a su servicio.
Cansado de buscar sin resultado, un ermitaño le explicó que para encontrar a Jesucristo no debía buscar en los sitios grades o en las causas humanamente imposibles, como la guerra. Solo debía buscarlo en las cosas sencillas, como servir al prójimo.
Fue así como Relicto empezó a ayudar a los transeúntes a cruzar un río de su población, a cambio de solo un par de monedas.
Según los relatos de la fe católica, en cierta ocasión Relicto cruzó el río con un niño sobre sus hombros. Pero a mitad del cauce se le hizo tan pesado que creía no poder continuar.
Con esfuerzo llegó a la orilla opuesta y entonces le preguntó: “¿Quién eres que pesabas como el mundo entero?”
El niño respondió: “tienes razón. Peso más que el mundo, pues soy el hijo del creador. Yo soy Cristo. Tú me buscabas y me has encontrado. Desde ahora te llamarás Cristóbal, es decir, portado de Cristo”.
Por esta razón, San Cristóbal se convirtió en la figura más conocida para encomendar los viajes por carretera y otros medios.
Los viajeros suelen rogar por su intercesión para estar protegidos y llegar con bien a su destino, así como él logró cruzar el río con Cristo sobre sus hombros.
No en vano, la imagen de San Cristóbal que adoptó la fe católica y es ampliamente conocida, muestra a un hombre que carga sobre sus hombros a un pequeño niño que sostiene la esfera del mundo.
Su fiesta se celebra cada 10 de julio y curiosamente no es un personaje canonizado, pero hace parte del santoral católico. La canonización empezó a usarse solo a partir del siglo X.
Oración a San Cristóbal para viajar por carretera
Bendito San Cristóbal:
Tú que tuviste la gracia de llevar a Jesús sobre tus hombros, que tan fuerte y poderoso te sentías y el Señor te hizo ver tu pequeñez y tu vida se llenó de luz, cuando descubriste cómo su fuerza y no la tuya te hacía verdaderamente fuerte, pide a tu amado Jesús que nos libre de todo mal.
Dame, Señor, mano firme y mirada vigilante para que a mi paso no cause daño a nadie.
A ti, Señor, que das la vida y la conservas, suplico humildemente, guardes hoy la mía en todo instante.
Libra, Señor, a quienes me acompañan, de todo mal: choque, enfermedad, incendio o accidente. Enséñame a hacer uso también de mi vehículo, para remedio de las necesidades ajenas.
Haz en fin, Señor, que no me arrastre el vértigo de la velocidad, y que, admirando la hermosura de este mundo, logre seguir y terminar mi camino con toda felicidad.
Te lo pido, Señor, por los méritos e intercesión de San Cristóbal, nuestro Gran Patrono.
Amén.