¿Acierto o fracaso? Cómo han funcionado los ceses al fuego en este Gobierno
La Fundación Ideas para la Paz hizo un análisis en el que apunta a las lecciones que se deben aprender de los ceses anteriores. Aseguran que hay una distancia entre lo decretado y lo que se cumple en el territorio
Este jueves, 3 de agosto, se instala el Comité Nacional de Participación de la sociedad civil en el proceso de paz y formalmente se da inicio cese al fuego bilateral por seis meses con el ELN. En medio de este hecho, después de 31 años, Pablo Beltrán llegó a Bogotá y lo hace como jefe de la delegación de ese grupo guerrillero, que habla de paz con el gobierno nacional.
El Comité Nacional de la Participación, busca que la sociedad civil tenga asegurado un papel determinante para el proceso de paz. Este punto lo lidera por parte de la delegación del Gobierno, el senador Iván Cepeda, y por parte del equipo negociador del ELN, Aureliano Carbonell.
“El día jueves va a ocurrir algo que no tiene precedente en la historia de paz del ELN y que está centrado en la participación de la sociedad colombiana en la construcción de la paz”, expresó Iván Cepeda.
En ese contexto, la Fundación Ideas para la Paz (FIP) realizó un análisis sobre qué ocurrió con los ceses al fuego decretados por el Gobierno Nacional durante el primer semestre del año.
¿Han funcionado los ceses al fuego del gobierno?
La FIP señala que con excepción del ELN, los ceses al fuego se decretaron en una etapa inicial de acercamiento con el Estado Mayor Central, la Segunda Marquetalia, el Clan del Golfo y Los Pachenca, lograron terminar la vigencia que se pactó (30 de junio). Mientras que el cese con el Clan del Golfo se suspendió en marzo.
No obstante, señalan que tras seis meses de duración, los ceses al fuego no lograron evolucionar del anuncio a la práctica, entre otras razones por la falta de protocolos y mecanismos de verificación.
Lecciones que dejan los ceses al fuego de este gobierno
Lección 1. Las dinámicas territoriales de los grupos armados se reflejaron en pocos avances, retrocesos y en una muy difícil implementación.
“Cada cese tuvo distintos avances y retrocesos. Mientras que con el Estado Mayor Central se logró tener un protocolo en febrero y se intentó desplegar un mecanismo de veeduría, monitoreo y verificación, otros ceses no avanzaron más allá del decreto inicial del Gobierno. Así ocurrió con la Segunda Marquetalia y Los Pachenca. Con el Clan del Golfo, el cese se suspendió a los tres meses por incumplimientos durante el paro minero en el Bajo Cauca”, señala la Fundación.
Así mismo, en el informe presentado, la FIP indica que en lo que va del 2023, los grupos pasaron de coexistir a disputarse el control territorial en el sur de Bolívar, Bajo Cauca y el occidente de Caquetá. Mientras que pasaron de la disputa al dominio en el Putumayo.
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“Esta situación evidencia que dichos escenarios son volátiles y susceptibles a lo que sucede durante los acercamientos, acuerdos y rupturas entre grupos”, explica Andrés Preciado, director del área de Conflicto y Violencia Organizada de la FIP.
Lección 2. Los ceses al fuego no mitigaron la inseguridad y las comunidades tampoco se beneficiaron en términos humanitarios
Al comparar lo que ocurrió entre enero y mayo de 2023 frente a 2022, la FIP indica que hay un descenso en las acciones contra la Fuerza Pública y los ataques contra la infraestructura y bienes. También se redujo el homicidio de líderes, el desplazamiento y las masacres.
“Sin embargo, estos descensos no se pueden atribuir exclusivamente a los ceses al fuego. Al examinar los primeros cinco meses del gobierno Petro (agosto-diciembre), los meses del cese analizados por la FIP (enero-mayo) muestran un aumento en todas las variables, con excepción de los homicidios de líderes, que mantiene cifras similares”, señala la organización.
Así mismo, indican que este aumento sugiere que los anuncios de la Paz Total, las expectativas de los grupos frente a esta estrategia y los acercamientos iniciales con el Gobierno “tuvieron mayor impacto en la violencia que los propios ceses”.
Lección 3. La importancia de cuándo y cómo se decretan los ceses al fuego
La fundación asegura que el momento en que se establece un cese y la secuencia de pasos para implementarlo, tienen impactos importantes en la confianza entre las partes y en la fluidez y avance de las negociaciones.
“Lo que muestran los casos del Clan del Golfo y el Estado Mayor Central es que decretar los ceses durante la etapa de acercamientos, contrario a lo esperado, generó inconvenientes en el avance de las negociaciones y profundizó las diferencias”, señala la FIP.
En ese orden la organización y los investigadores señalan una serie de Reflexiones para futuros ceses al fuego:
- Nuevos ceses al fuego deben tener en cuenta los avances de las negociaciones. Hacerlo en etapas tan tempranas retrasó y desaceleró los acercamientos. El Gobierno debe decidir si replantea la estrategia, sobre todo en los casos del Clan del Golfo, Los Pachenca y la Segunda Marquetalia, donde la negociación parece estar estancada.
- Se recomienda cambiar la estrategia de ceses al fuego nacionales por ceses regionales e irlos ampliando escalonadamente. Esto facilitaría el monitoreo y la verificación, y pondría a prueba los protocolos.
- Hay que tener claridad sobre las acciones permitidas y no permitidas en cada cese al fuego para facilitar la verificación y el monitoreo. Para lograrlo, se deben entender las disputas en las zonas más complejas y los tipos de violencia que despliegan los grupos. Para la Fuerza Pública esto resulta esencial.
- Los protocolos son la columna vertebral para la sostenibilidad de un cese al fuego ya que definen una serie de compromisos y las bases para el diálogo. Los decretos son una parte, pero no garantizan la existencia del cese.
- La mayoría de los grupos con los que se establecieron los ceses al fuego no tienen como objetivo principal atacar al Estado. Hay que trascender el propósito de reducir las acciones contra la Fuerza Pública hacia el cese de hostilidades y de la presión sobre las comunidades. No se puede disminuir la afectación humanitaria sin el cese de hostilidades.
- En el caso de los grupos armados de mayor envergadura se pueden acordar medidas de desescalamiento del conflicto que lleven a un cese al fuego por fases.
- Urge definir el lugar que juega la Política de Seguridad, Defensa y Convivencia Ciudadana en la Paz Total. Los grupos armados atraviesan, con relativo éxito, por un proceso de fortalecimiento y expansión. Por ello, las estrategias de seguridad territorial pueden disuadir a los grupos para que cumplan los ceses y reduzcan su presión sobre las comunidades.