¿Por qué las flatulencias tardan en percibirse por el olfato? La física tiene la respuesta
A través de un video publicado en redes sociales, el reconocido doctor en física, Javier Santaolalla, planteó una situación en donde las flatulencias tienen mucho que ver.
Las flatulencias, también conocidas como gases o “pedos”, son producidos por la acumulación de gases en el tracto digestivo, los cuales son usualmente producidos por la fermentación de los alimentos en el intestino y también cuando una persona traga aire, lo cual es bastante usual.
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Estos gases pueden ser expulsados por el organismo, ya sea a través del recto o en forma de eructos, también pueden provocar diferentes tipos de sonidos característicos de los mismos y su olor varía según lo que la persona haya consumido o por presencia de bacterias y diferentes microbios en los órganos del sistema digestivo.
Ahora bien, el doctor en física de partículas, Javier Santaolalla, planteó una situación a través de sus redes sociales, preguntándose, si el gas usualmente suele moverse a velocidades de cientos de metros por segundo, por qué el gas de una flatulencia tarda tanto en ser percibido por el olfato de una persona. Le contamos la explicación científica.
Por qué tardan en percibirse por el olfato
Javier Santaolalla propuso la siguiente situación: “estás en clase y de repente oyes un sonido estridente, grave, muy reconocible (”pedo”), unos segundos después se percibe una peste, tóxica, podrida. Pero mientras tienes arcadas, tu mente científica no puede parar de hacerse preguntas y se cuestiona; si los gases se mueven a velocidades bastante altas, ¿cómo tarda tanto en llegar el olor del gas hasta tu nariz? pues es pura física”.
Sobre esto Santaolalla explicó: “Sobre este punto nuestra intuición está fallando, puesto que imaginamos el gas haciendo el camino en línea recta ano - nariz, pero esto no es así. El aire está formado por muchas moléculas, por lo que la molécula fétida sufre distintos impactos cambiando de dirección constantemente, de modo que el camino no es recto, sino algo parecido a lo que hace un borracho”.
Además, añadió: “Y aunque sorprendentemente en este camino aleatorio su media es cero, está centrado en punto inicial, su dispersión no lo es, no hay dirección preferida, pero la molécula si se difunde, de modo que la distancia efectiva entre ano y nariz no es la línea recta”.
Luego de su explicación científica, Santaolalla decidió hacer un cálculo en el que mencionó: “La molécula tiene una distancia media de recorrido antes de cambiar de dirección, en esta situación, ese movimiento no es directo y hace que la distancia recorrida en vez de ser la longitud de cada paso multiplicada por cada número de saltos, sea por la raíz de la misma, explicando con eso el retraso desde la salida del gas hasta su percepción”.