Continúan los disturbios en Sudáfrica tras encarcelamiento de expresidente
Los choques tras el encarcelamiento por corrupción han dejado 45 personas muertas y 757 detenidas.
El viernes 9 de julio el expresidente Jacob Zuma decidió acatar las ordenes judiciales con las que se le condenaba a 15 meses de prisión porque previamente había incumplido una orden con la que se le obligaba a comparecer en casos de corrupción cometidos durante su mandato presidencial.
A pesar de que Zuma se entregó voluntariamente y no fue esposado ni escoltado por las autoridades, el descontento se tomó a la ciudadanía e inició una ola de disturbios y saqueos que ha dejado al menos 45 personas muertas y 757 personas detenidas.
Los incidentes se han concentrado en dos regiones: la provincia oriental de KwaZulu-Natal y Gauteng, donde están las ciudades de Johannesburgo y Pretoria.
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Ante la situación, el presidente Cyril Ramaphosa ha estimado que la crisis se asemeja a la transición violenta que vivió el país durante los años noventa cuando finalizó el apartheid y, junto a las autoridades, hizo un llamado a la calma.
Tras confirmarse el despliegue militar para apoyar a la policía que no ha logrado contener a los manifestantes, Ramaphosa ha insistido en que estos actos “sólo llevan a más violencia y devastación. Lleva a más pobreza, más desempleo y más pérdida de vidas inocentes. Esto no es lo que somos como pueblo”.