Alerta para tramposos: mejoran las trampas para mentirosos

ROCHESTER.---- Los detectores de mentira son más eficaces en película que en la realidad, pero una tecnología nueva permite descubrir a más del 80 por ciento de los tramposos, según un estudio que publicará esta semana la revista Nature.
El estudio lo dirigió la Clínica Mayo en Rochester, Minesota, e incluyó el empleo de métodos que miden con gran precisión los cambios de temperaturas en la cara.
Aunque no todos los que mienten se ruborizan, ni el rubor por sí delata una falsedad dicha, el endocrinólogo James Levine, de la Clínica Mayo, sostiene que las pautas de temperatura en la superficie del rostro "cambian enormemente cuando se dice una mentira".
Levine y Ioannis Pavlidis, de los Laboratorios Honeywell, apoyaron sus experimentos en el mismo concepto sobre el cual se apoyan los variados sistemas que se conocen como "detector de mentiras": cuando una persona miente ocurren cambios corporales involuntarios.
Estos cambios pueden incluir aumento de la temperatura, sudor, rubor, variaciones en el pulso sanguíneo, y alteraciones en los ritmos de respiración y pestañeo.
De acuerdo con el Código Laboral de Estados Unidos, el término "detector de mentiras incluye un polígrafo, un 'engañógrafo' y un analizador de la voz (sea mecánico o eléctrico), que pretenden hacer un diagnóstico sobre la honradez o falta de honradez de un individuo".
Los "polígrafos" -que en las películas siempre son decisivos- en la vida real son tan poco confiables que desde 1998 el Tribunal Supremo de Justicia dictaminó que los gobiernos federal y estatales pueden prohibir el uso de resultados de detectores de mentiras en los juicios.
Las dudas e incertidumbres que rodean los resultados de los exámenes con polígrafos son tantas que los magistrados supremos de la nación aceptaron que esos resultados no son concluyentes, más allá de duda razonable, y no puede apoyarse en ellos una condena o absolución.
Por su parte el Código Laboral prohíbe el uso de tales aparatos y métodos para la contratación o no contratación del aspirante a un empleo, o para las promociones o despidos de empleados.
La esperanza de que algún aparato descubra las mentiras es tan importante que existe todo un negocio de venta de "detectores" que, en realidad, se venden como delatores de adúlteros, estafadores, embaucadores y timadores.
Por ejemplo, hay una empresa que ofrece, por internet, un aparatito que pesa 45 gramos y cuesta 39,95 dólares, que funciona con pilas y, según sus vendedores -que aseguran ser veraces- delata la mentira apenas ha salido de la boca de su autor, por las desviaciones en entonaciones y ritmos de la voz.
El método que Levine desarrolló con la ayuda de Pavlidis mide algo más sutil y, según lo que ambos afirman en el artículo de la revista Nature, tan preciso que en el 83 por ciento de las veces que el aparato suena la alarma sobre una mentira, una mentira se ha dicho.
"La tecnología de imagen termal avanzada representa un método nuevo y potencialmente exacto de detección de mentiras", afirmó Levine. "Esto promete aplicaciones prácticas en operaciones con altos niveles de seguridad, como la seguridad en los aeropuertos y los puestos de cruce en las fronteras".
La tecnología de imagen termal avanzada "detecta los cambios sutiles de metabolismo en partes del cuerpo: cuando un individuo está expuesto a una cámara de imagen termal, y miente, la computadora detecta el aumento de temperatura alrededor de los ojos", añadió.
Las pruebas clínicas de esta tecnología se llevaron a cabo con el uso de una escena de crimen simulado, y el sistema catalogó correctamente a los individuos como culpables o inocentes en el 83 por ciento de los casos.
Una vez refinada esta tecnología podría usarse en escala mayor, y permitiría la detección rápida y el análisis oportuno de las mentiras sin contacto físico con la persona que las dice, sin que se precise un personal altamente calificado y en una variedad de situaciones, según los investigadores.