El sermón homofóbico del obispo de Medellín
Monseñor Mauricio Vélez dijo que el Estado debe esperar que los menores sean mayores de edad para decidir si quieren ser adoptados por una pareja gay.
El viernes 24 de junio se hizo viral un video en el que aparecen dos hombres agrediendo físicamente a una mujer trans. Esto ocurrió en el barrio Prado de Medellín, ciudad en la que hace algunas semanas fueron asesinados nueve jóvenes gays. La sociedad entera debe rechazar cualquier agresión que atente contra la vida, y para lograrlo hay que comenzar por erradicar los discursos de odio.
- Lea también: El robo de 25.430 millones que no deja dormir a los curas dominicos
- Lea también: La historia de abuso y encubrimiento tras la renuncia de monseñor Urbina
Por ejemplo, el de monseñor Mauricio Vélez García, obispo auxiliar de Medellín, quien el sábado 25 de junio, en lugar de aprovechar el sermón que estaba dando para condenar la agresión física a dos mujeres trans el día anterior, atacó a la comunidad LGBTI y criticó al Estado por hacer lo que le corresponde, como es decidir la legalidad de la adopción por parte de parejas del mismo sexo: “No esperan a que el recién nacido tenga uso de razón o sea mayor de edad para decidir si quiere ser adoptado por una pareja gay”, criticó el obispo.
El escenario donde lo dijo es el coliseo de la Universidad Pontificia Bolivariana, medio vacío, donde se celebraba el Día de la Familia. El señor que habló no es cualquiera: es una autoridad religiosa que tiene a su cargo decenas de colegios y universidades donde repite este discurso sin que nadie lo cuestione.
En su homilía, monseñor Vélez instó a los padres a intervenir a un niño si este muestra tendencias homosexuales: “Si ve a su hijo de 5 o 4 años con alguna tendencia [homosexual], intervéngalo profesionalmente [...], pero si tiene 12 o 13 años, ya cogió ventaja. Hay cosas que uno las trabaja en el momento que es”.
En otras palabras, lo que busca el obispo es que los padres de familia lleven a sus hijos a terapias de conversión, que no son otra cosa que tortura. Y continúa su catequesis homofóbica insistiendo en que la orientación sexual de una persona es algo que “se trabaja”, si no es muy tarde.
Para sustentar este argumento, Mauricio Vélez tergiversa los hallazgos científicos del genetista Francis Collins, basándose en publicaciones que grupos de extrema derecha han propagado con el fin de desinformar para promover el odio hacia la comunidad LGBTI.
Ojalá que con la misma contundencia el obispo Mauricio Vélez rechazara los abusos sexuales contra niños, niñas y adolescentes por parte de sacerdotes. En Medellín, los curas pederastas no se cuentan por decenas, sino por centenas, todos encubiertos y protegidos por monseñor Vélez y su jefe, el arzobispo Ricardo Tobón Restrepo.