Congreso y partidos políticos se valorizan
¿Por qué las dos instituciones más desprestigiadas se valorizan en la campaña electoral?
Los partidos políticos son quizá las dos instituciones más impopulares del país. Pero a medida que avanza la campaña están cogiendo mucha fuerza.
Primero, porque la recolección de firmas no les está dando a casi ningún precandidato. La combinación de miedo al contagio y desconfianza ciudadana hacia los políticos ha sido un gran obstáculo.
Segundo, porque los precandidatos a la presidencia no tienen la estructura política para hacer campaña nacional en pocos meses.
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Tercero, porque el dinero sano escasea y hay demasiados candidatos. La poca viabilidad de muchos de ellos, un sector privado cuidadoso y golpeado por la pandemia y unos costos muy altos para hacer campaña y conseguir firmas los tiene a todos muy apretados de recursos.
¿Y porqué se está valorizando el Congreso?
Por varias razones. Primero, porque nadie que quiera ser presidente puede gobernar sin el Congreso. Todos los candidatos necesitarán bancadas importantes que los respalden a la hora de llegar al poder.
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Segundo, porque los candidatos a la presidencia necesitan el apoyo de las maquinarias políticas para que les pongan votos en la primera y segunda vuelta.
Y tercero, porque de tanto precandidato a la presidencia van a quedar buenos nombres para encabezar las listas al Congreso. Y hoy están en problemas para encontrar figuras que jalonen votos como en el pasado pasado lo hicieron Álvaro Uribe, Antanas Mockus, Germán Vargas o Jorge Robledo.
Y qué nombres podrían encabezar listas al Congreso?
Humberto de la Calle por el Nuevo Liberalismo, Dillian Francisca Toro, por el Partido de la U, María Fernanda Cabal u Oscar Ivan Zuluaga por el Centro Democrático, entre varios otros.