'Pandora papers': Estos son los detalles del escándalo

Carlos Eduardo Huertas, quien es periodista y miembro del Consorcio para periodistas de Investigación (ICIJ), afirmó que más de 600 periodistas de diferentes partes del mundo pudieron recolectar la información sobre los movimientos de estos dineros en paraísos fiscales (conocida como Panamá Papers), en los que se han visto envuelto tanto políticos y altos funcionarios colombianos. 

La investigación se hizo en una alianza entre El Espectador y Conecta se pudo evidenciar, según ellos, que el director de la DIAN, Lisandro Junco Riveira, que creó una empresa en Delaware, Estados Unidos, y a través de una empresa constituida en Dubái, se constituyo una oficina en Londres para abrir una cuenta bancaria en Chipre. 

El director de la DIAN reconoce la creación de la empresa en Delaware, pero no los demás movimientos que salieron a relucir en los Pandora Papers. 

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El interrogante lo generó Delawere, porque se considera como un "paraíso fiscal" o "laguna tributaria" debido a la facilidad de operación monetaria y genera un vacío de información. Junco afirmó que después trasladó la oficina a la Florida. 

Para Carlos Eduardo Huertas, una vez se empezó a avanzar en la investigación y de dio luz de lo que se estaba encontrando, se pensó en una primera instancia que allí se iban a encontrar los dineros de grandes capos y del producto del narcotráfico, pero se vieron fue "gente poderosa, funcionarios públicos, contratistas y magnates" que le hizo pensar en un fenómeno diferente. Por lo que se puede deducir que los productores de droga siguen manteniendo su dinero en caletas enterradas en las fincas. 

En esta investigación, los "grandes cacaos" o dueños de grandes consorcios económicos en Colombia, como lo son Sarmiento Ángulo, Alejandro Santodomiengo, dieron explicaciones de las empresas creadas en el exterior y afirmaron que todo está debidamente reportado a la DIAN, excepto los Gilinski que cuenta con más de 30 y no hablaron sobre el tema. Para Huertas, lo anterior generó sorpresa, ya que las cuentas figuraban a títulos personales  y no a grupos económicos como había sucedido antes, por lo que se estaba investigando directamente los bolsillos de estos magnates, lo que "evidencia el rigor periodístico" en este caso.