Las <strong>mujeres de Bojayá</strong> han resistido años del terror impuesto por los grupos armados ilegales, muchas de ellas se quedaron solas con sus hijos y deben trabajar duro para sobrevivir y sacar adelante a sus familias.Es el caso de <strong>Zeneida Mera Rovira</strong>, una mujer campesina que vive en <strong>La Loma de Bojayá</strong> y que permanece allí “por amor a la tierra” y porque, afirma, “sería duro dejarlo todo para salir”.En entrevista con <strong>Al Campo</strong>, de Caracol Radio, mediante una comunicación difícil por la precaria señal telefónica, doña Zeneida relató las dificultades de su comunidad por culpa de la violencia. “<strong>En el 2002 me mataron la nuera y me quedaron dos niños bajo mi responsabilidad</strong>”, dijo la mujer, quien afirmó que ellos siguen siendo su responsabilidad.Y añadió que, en general, “<strong>la situación de las mujeres de Bojayá es muy difícil</strong> porque lo que uno hace no tiene mucho comercio. Pero se vive de lo que uno hace”.El <strong>2 de mayo de 2002</strong> se produjo la masacre de Bojaya, donde murieron 117 personas que se refugiaban en la iglesia de la localidad y que fue atacada por guerrilleros de las Farc que por esos días se enfrentaban a los paramilitares.Pese a la terrible historia que desde entonces doña Zenaida ha vivido, dice que no saldrá de allí, que seguirá labrando la tierra para conseguir su sustento y que allí “<strong>trabajamos para sobrevivir</strong>”.Escuche la entrevista de <strong>Al Campo</strong>, de Caracol Radio, con <strong>Zeneida Mera Rovira</strong>, que pese a la baja calidad de sonido por las dificultades de comunicación, es un testimonio de las mujeres colombianas que en el campo sufren por la violencia y a las que el país también les rinde homenaje en el <strong>Día Internacional de la Mujer</strong>: