Dermatitis Atópica: una enfermedad que le quita el sueño a quien la padece
La dermatitis atópica es una de las enfermedades crónicas más comunes, que afecta a la quinta parte de la población en los países desarrollados.
- · La dermatitis atópica es una de las enfermedades crónicas más comunes, que afecta a la quinta parte de la población en los países desarrollados y altera el sueño de los pacientes de 5 a 7 noches a la semana, afectando su calidad de vida en un 55%.
- · En casos severos de dermatitis atópica, los pacientes se ven afectados cerca de la mitad de su vida cada año, llegando a experimentar aislamiento social e interferencia en las relaciones personales y laborales.
Algunas personas tienen afectada la actividad de descanso por excelencia, como consecuencia de una enfermedad, hasta ahora crónica, como la dermatitis atópica, que compromete de manera significativa su calidad de vida. Es el caso de Edwin Rodríguez, quien desde hace 24 años padece esta enfermedad que produce además de dolor, picazón y ansiedad.
“En Mis primeros 17 años la dermatitis fue leve, a los 18 años tuve mi primera crisis alérgica. Se me escamó todo el cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, me salía materia y la piel era absolutamente roja. En ese momento me trataron con un medicamento que tomé durante dos años, pero se produjo una hepatitis tóxica, que me obligó a suspenderlo.”
Edwin cuenta que hace poco tuvo su segunda crisis alérgica. Aunque no se escamó si tuvo sensación de piel quemada, piquiña extrema, dolor de cabeza y otros desagradables síntomas como la supuración de agua. Inició tratamiento para el asma y la urticaria que funcionó por poco tiempo y fue necesaria una hospitalización.
Rodríguez asegura sin temor a equivocarse, que la enfermedad está presente en un 60% de los días del año y que en su vida adulta se ha incrementado aún más, ya que todo se convierte en un detonante: el estrés, la comida o el clima, afectando su trabajo, estudio y relaciones. “Para dormir la picazón siempre está acompañada de otras alergias como rinitis, conjuntivitis, sinusitis, todo esto sumado al desespero, hacen que no sea fácil conciliar el sueño, para esto debo concentrarme en algo diferente, como ver televisión o hacer alguna actividad que me distraiga de la picazón y los demás síntomas”.
“En los días de calor se empeora, por cuenta del sudor. El sueño nunca es profundo y si no duermo bien, al otro día se me afecta el genio y el rendimiento, laboral, aunque trato siempre de ser muy responsable y evitar que la enfermedad interfiera en mi vida profesional”.
En este momento Edwin depende de un medicamento para poder dormir bien, que le ayuda a tener una mejor calidad de vida, sin embargo tiene claro que no lo va a curar y que por ahora va a tener que convivir con la enfermedad durante toda su vida.
“Aunque soy una persona responsable en mi trabajo y me miden por mis resultados, me he visto obligado a pedir muchos permisos, algo que algunos jefes no comprenden y también he perdido oportunidades laborales por mi diagnóstico.”
Ingeniería genética para la dermatitis atópica
La dermatóloga Dra. Natalia Hernández, médica especialista y presidenta de la Asociación Colombiana de Dermatología (AsoColDerma), explica que durante muchos años el tratamiento para la Dermatitis Atópica estuvo centrado en cremas antiinflamatorias, fototerapia y algunos medicamentos sistémicos con respuestas parciales. Por la desesperación que produce la enfermedad, muchos pacientes tienden a auto formularse corticoides parenterales con toda la toxicidad que esto implica.
Sin embargo, en los últimos años se ha abierto una esperanzadora ventana con nuevos medicamentos biológicos cuyos estudios han demostrado eficacia en el control de la enfermedad. Estos medicamentos actúan principalmente en el origen de la inflamación que sucede por debajo de la piel y que es causante de los síntomas.
De acuerdo con el doctor José Manuel Carrascosa, MD PhD del Departamento de Dermatología del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de Badalona, los avances en las investigaciones apuntan hacia la ingeniería genética y la posibilidad de diseñar fármacos enfocados en puntos concretos de la misma.
En Europa ya se empieza a vivir una revolución terapéutica nunca antes experimentada en dermatitis atópica, que puede evolucionar desde el uso de tratamientos antiinflamatorios inespecíficos y en general poco eficaces, hacia tratamientos selectivos, mucho más eficaces y mucho más seguros.