Así enfrentan el COVID-19 los médicos del HUS

Bucaramanga

Turnos de 12 horas que parecen eternos. Doble tapabocas, dos gafas y todos los elementos de protección personal posibles, lavado de manos frecuente pero el riesgo constante e inminente.

Ese es el día a día de Carmelina Guevara, una de las seis auxiliares médicas, 1 terapeuta, 2 médicos generales, 2 enfermeras jefes y 1 internista que diariamente batallan en primera línea contra la pandemia en el Hospital Universitario de Santander.

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“Es la vocación de servir. Uno sabe el riesgo y puede salir contagiado con el COVID, pero es una situación que se ha presentado y aquí estamos de frente poniéndole el pecho a esta pandemia”, narró Carmelina Guevara.

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De sus 15 años de profesión, los últimos tres meses los ha vivido dentro de estas 10 carpas que dispuso Acnur Colombia en un sector aislado del Hospital Universitario, en la que hay 28 camas disponibles para recibir a todos los pacientes sospechosos de COVID-19 del departamento.

Aunque las carpas de campaña tienen todos los elementos médicos indispensables, contó la auxiliar médica que están expuestas al calor y al agua del día. Y agregó que “es un trabajo rudo, como a la intemperie, pero uno trata en lo posible de que los pacientes que ingresen acá estén bien atendidos”.

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Producto del desconocimiento generalizado de los ciudadanos sobre el trajín diario y eterno que viven los trabajadores de la salud en medio de la pandemia, esta enfermera les pide una y otra vez “que usen tapabocas, se laven las manos, y no asistan a rumbas, ni a reuniones. Tengan cuidado porque tanto para uno como para los pacientes esto es muy difícil”.

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Según informaron las autoridades del municipio, la curva del contagio ya empezó a disminuir en la ciudad. Sin embargo, lo que no debe bajar es la guardia y así evitar una segunda ola de contagios de COVID-19 en Bucaramanga.