Los escándalos del alcalde de Bucaramanga

Bucaramanga

El alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández Suárez se definió como una persona sanguínea en las primeras declaraciones luego de cometer la agresión en contra del concejal John Jairo Claro. Ese talante de hombre polémico, que no se guarda nada de lo que piensa y sin apego a la diplomacia han dado para que el mandatario protagonice constantes polémicas.

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En la campaña política, cuando nadie le veía posibilidades de triunfo, el alcalde avivó la contienda electoral con frases sarcásticas; al favorito en las encuestas, Carlos Ibáñez Muñoz, aspìrante por el partido Liberal lo llamaba "Lucho Ibáñez" en relación con el entonces alcalde, Luis Francisco Bohórquez. También se burlaba de Jahn Carlos Alvernia, otro de los aspirantes porque en una entrevista no supo cantar el himno de la ciudad. A Alvernia lo llamaba Gonzalo Jiménez de Quesada.

Una vez en el gobierno, los medios se sorprendieron con la historia de su hija secuestrada por la guerrilla de las Farc. En una entrevista con Hora 20 de Caracol Radio, el mandatario lloró al recordar uno de los episodios más tristes de su vida. Sus tres hijos varones son los que le han dado mayores dolores de cabeza. 

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El mayor, Mauricio apareció en unas fotos junto al ex senador Luis Alberto Gil Castillo cuando supuestamente arreglaban una alianza para llegar al congreso. El alcalde tuvo que desautorizar este tipo de acuerdos. Luego, el segundo de los hijos, Luis Carlos apareció mencionado en un supuesto corretaje que habría firmado en el proyecto para montar una planta de tratamiento de las basuras de la ciudad. Documentos revelados por la oposición plantean que el hijo del mandatario iba por una comisión de U$ 100 millones. Este caso es conocido como el escándalo Vitalogic, un duro golpe al intento del alcalde por reformar las costumbres políticas de la región.

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Los asesores del alcalde crearon un espacio de comunicación con la comunidad a través de Facebook Live. Todos los lunes, a las 8 de la mañana, Rodolfo Hernández se conecta durante una hora para hablar de temas regionales. Primero, lee un editorial en el que llama la atención de los políticos nacionales y regionales. En el espacio llamado "Hable con el alcalde" ha criticado con sarcasmo a concejales, diputados, exgobernadores y hasta al presidente Ivan Duque. También regaña a los miembros de su gabinete. Hace poco, le recriminó al director de Tránsito, German Torres. "A usted le meten el dedo por donde sabemos", le dijo.

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También ha mantenido encendidas confrontaciones con los sindicatos de las empresas públicas. Por ejemplo, ordenó despedir a la cúpula del poderoso sindicato del Acueducto y regañó en público a los agentes del tránsito. En un parque de la ciudad llamó "lavaperros" a Fernando Martínez, un activo usuario de twitter que se encarga de señalar las fallas de la administración.

El alcalde no tiene problemas en abrir frentes de polémica con funcionarios del alto gobierno; lo hizo con el entonces vicepresidente Germán Vargas Lleras por el esquema de las 100 mil casas gratis; también controvirtió a su homólogo de Floridablanca, POT a quien le recriminó por el POT y reta de forma permanente al diputado Édgar Suárez y la mayoría de los concejales.

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Ni la Universidad Industrial de Santander, UIS se ha salvado de los ataques del alcalde. En una charla informal, montada a redes sociales, el mandatario criticó el manejo de la institución. "Sale mejor lotear y vender el terreno" planteó. Además llamó a la Uis un pensionadero de profesores.

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En declaraciones ofrecidas a través de Caracol Radio, el alcalde ha aceptado que tiene problemas en el manejo de sus emociones y prometió someterse a un "ejercicio mental".