En la <strong>Encuesta Nacional de Lectura</strong> del 2017, realizada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), <strong>Tunja</strong> está dentro de las ciudades con los promedios más altos de libros leídos por persona (mayores de cinco años) al año, ciudad que alcanzó un <strong>puntaje de 4,1.</strong>Cerca a Tunja está <strong>Combita</strong>, el pueblo donde nació el pedalista <strong>Nairo Quintana</strong>, donde muchos de sus <strong>niños campesinos</strong>, todavía tienen <strong>dificultades</strong> para acceder a <strong>libros</strong>. Incluso, algunos todavía <strong>no conocen una biblioteca,</strong> y otros tienen que <strong>caminar más de 2 horas</strong> para llegar a casco urbano para ingresar a alguna<strong> biblioteca escolar.</strong><strong>Jhisela Alejandra Estévez Anáve</strong> es una estudiante de décimo grado de la <strong>Institución Educativa Integrado de Cómbita</strong>. Cierto día, cuando su mamá iba a arrojar a la basura decenas de libros, se le ocurrió montar la biblioteca experimental para los niños campesinos que no tienen la oportunidad de acceder a estos objetos de conocimiento.Autores como <strong>Kafka, Gabriel García Márquez, León Tolstoi, Jairo Aníbal Niño dentro de otros</strong>, ya se están haciendo <strong>famosos</strong> en la vereda <span>San Francisco del municipio.</span>Esta biblioteca experimental, ubicada en el sector de 'La Orqueta', <strong>también presta útiles escolares</strong> a los niños campesinos para que puedan hacer sus tareas, y poco a poco ha ido aumentando el número de libros, con colaboración de la familia <strong>Estévez Anáve </strong>y vecinos de la vereda."Las dificultades para los niños del campo y sus familias campesinas son muy amplias, a veces desde la ciudad no se ven, y por eso, nosotros ayudamos hasta con útiles escolares para que los más pequeños, estudien mejor", <span>dijo en <strong>Caracol Radio</strong><strong>Alejandra Estévez</strong>, la creadora de la <strong>biblioteca experimental de niños para niños campesinos en Cómbita.</strong></span>Esta adolescente que ya es una <strong>líder escolar</strong>, le hace <strong>un llamado a los jóvenes de la ciudad:</strong>“a todos los jóvenes y a todas las personas que tienen acceso a un libro: <strong>no los destruyan, no los boten, no los quemen</strong>: <strong>regálenlos a quienes no tienen la oportunidad</strong> de acceder a ellos. Si en Colombia queremos generar un <strong>cambio</strong>, es importante que entendamos que necesitamos cultura, educación, <strong>que los jóvenes tengan razones</strong> para hablar de ciencia, de cultura, de química, de lo que sea, pero que tengan conocimiento para tener qué decir en una conversación, para <strong>construir</strong> el mundo que queremos”.Esta idea seguramente, <strong>sembrará la semilla</strong> del <strong>amor por la lectura</strong> en niños campesinos que mañana, pueden ser un referente de impacto en<strong> conocimiento en Colombia.</strong>