El pueblo ‘fantasma’ cerca de la frontera venezolana
San Antonio cerró sus puertas indefinidamente a pesar del masivo tránsito de venezolanos.
Caracol Radio acompañó en San Antonio, Venezuela, muy cerca del Puente Internacional Simón Bolívar, a decenas de venezolanos que siguen enfrentando una tragedia humanitaria.
Entre las calles del pueblo venezolano, los encargados de las pocas tiendas que aún permanecen activas, esperan que el panorama económico cambie, porque los otros establecimientos comerciales cerraron sus puertas tras la aguda crisis económica.
La guardia venezolana atenta a cada uno de los movimientos, no permite la presencia de los medios de comunicación, algunos periodistas que han realizado su labor, han terminado en los calabozos de la cárcel local.
No hay servicio de bancos, un hospital con algunas enfermeras, no hay insumos para que los médicos trabajen y las atenciones son para las personas que llevan sus medicamentos, que tampoco hay dónde comprarlos.
La ciudad de las “puertas cerradas o fantasma” como le dicen algunos de sus habitantes, a pesar de la crisis por el cierre de los establecimientos, alberga a cientos de venezolanos desplazados porque ya no hay más alternativas en sus ciudades.
En el parque principal, unas 300 personas esperan durante la noche en una improvisada cama de cemento, hasta lograr salir a primera hora de su país por la frontera colombiana.
“Llevo aquí quince días con mi mujer y mis dos hijos. Ya conseguí el pasaporte después de trabajar ‘guerreándomela’ en las calles. Mañana (viernes) ya podré viajar a Perú a ver qué nos depara el destino”, comenta uno de los venezolanos concentrados en el lugar.
“Nosotros llegamos porque ya no había nada que hacer. No hay nada chico, ni medicamentos para los niños y comida ni hablar. Nos ocultan muchas cosas; así es el régimen”, agrega el hombre mientras comparte algunos alimentos con su familia.