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Hechos y verdades a 40 años de la toma del Palacio de Justicia

Cinco expertos, investigadores y víctimas de la toma del Palacio de Justicia analizaron los hechos, verdades y narrativas que se quieren imponer desde distintos sectores a 40 años del Holocausto del Palacio.  

Hechos y verdades a 40 años de la toma del Palacio de Justicia

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En Hora20 una mirada a fondo a los 40 años que han transcurrido desde el Holocausto del Palacio de Justicia, la toma y la retoma que dejó cicatrices que siguen sin cerrar. Hablamos de la verdad que se ha logrado conseguir, de los múltiples relatos, de la dificultad de establecer un único relato que evidencie lo que ocurrió y que repare el dolor de las víctimas de un episodio que el país no termina por superar.

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Lo que dicen los panelistas

Carlos Medellín, abogado, exministro de Justicia, hijo del ex magistrado Carlos Medellín Forero, asesinado en la toma del Palacio de justicia, señaló que 40 años después el país sigue con la duda de lo que pasó, “o se cambia el relato o se dicen cosas que no son ciertas ya sea por fruto del tiempo, del olvido o de los intereses políticos que buscan cambiar la verdad y eso es delicado porque las nuevas generaciones no vivieron lo que ocurrió y ahora se busca construir una historia falsa con narrativas falsas”. Señaló que los hechos son hechos y deben obedecer a un relato lo más objetivo posible, “otra cosa es la interpretación o la opinión sobre lo ocurrido y si estuvo bien o mal o una justificación, eso es una opinión y es una interpretación con razones políticas, pero los hechos hay que asegurar que sean lo más fiel posible a un relato objetivo”.

Advirtió que con el indulto al M-19 no hubo ni se exigió verdad, justicia, reparación o no repetición, “hubo indulto a cambio de nada y sin verdad, justicia y reparación las heridas no cierran y las verdades quedan a medias y toca echar mano de otras cosas que hemos hecho por 40 años”.

Para Ángela María Buitrago, exministra de Justicia, exfiscal delegada ante la Corte Suprema de Justicia, el tema del vacío del poder es evidente desde el punto de vista delas decisiones que se tomaron en el Palacio, “no fueron consultadas con el presidente Betancur. Lo segundo, hay que mirar cómo cuando sale magistrado Arciniegas a pedir que cese el fuego el 7 de noviembre a las 9:30 a.m. contando que están magistrados y rehenes en el baño entre el 2 y 3 piso, en ese caso no dejaron hablar al magistrado con el presidente. El presidente me afirmaba dentro de las diligencias que no conoció que se usaron roquets, ni croquet ni ninguno de los elementos usados; en ese contexto está también posibilidad de entender que como comandante de las Fuerzas Militares, que es el presidente y perfectamente al dar orden como dice él, de rescatar el palacio y proteger vida de rehenes, lo que se ve es todo lo contrario”.

Frente a los desaparecidos, tema que investigó como fiscal, contó que por mucho tiempo se estableció que eran 11 los desaparecidos del Palacio de Justicia, sin embargo, resaltó que ahora el país se da cuenta que el drama es mayor y que hay más desaparecidos, “las desapariciones no son ni las que presumíamos, hoy hay más y toca ser categóricos y hay responsabilidad de la institucionalidad para que proteja personas que están bajo un ataque que realizó un grupo terrorista”.

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Nilson Pinilla, exmagistrado de la Corte Constitucional e integrante de la Comisión de la Verdad de la Corte Suprema de Justicia, señaló que la comisión fue constituida 20 años después, un tiempo que considera tardío, pero en el que se recogieron más de 120 declaraciones y el estudio de los documentos producidos sobre lo ocurrido, “así llegamos a una aproximación a la verdad, es imposible reconocer todo, a la gravísima responsabilidad del M-19 por atacar el Palacio para asesinar a magistrados de la Corte Suprema y Consejo de Estado, lo del juicio a Betancur es una mentira, ellos llegaron asesinado vigilantes, llegaron armados y a la misma orden y se fueron derecho al piso cuarto”. También reveló que es un hecho que Iván Marino Ospina buscó apoyo de Pablo Escobar y el pedido que le hace le narcotraficante al integrante del grupo guerrillero. En ese sentido, dijo que la verdad es que una escuadra del M-19 entró a asesinar magistrados y que luego el Ejército dirigido por “un teniente coronel de gatillo fácil acabó de arrasar lo que había al interior del Palacio”. En esa medida, dijo que la responsabilidad del Ejército es muy grande, así como la del presidente Betancur que no supo qué hacer.

Andrés Carmona, productor de archivo e investigador documental, autor del libro Palacio de Justicia: desclasificado, comentó que su libro es un trabajo que aborda los hechos a través de distintos actores, “se logra una investigación archivo en el que ahora 40 años después hay luz que se abre para encontrar cuerpo de Irma Franco, la exguerrillera del M19, 40 años desaparecida, pero que tras un testimonio judicial acreditado dentro del proceso, da luces dentro de croquis del área donde puede esta inhumada”. También contó que su libro revela cómo se contrata una empresa que ordena a operarios hacer una limpieza del Palacio desde el 13 de noviembre y hasta finales del mes, además, de los más de 300 viajes de volquetas desde el Palacio de Justicia.

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David Marín, autor del libro “Perdida en el fuego”, investigador, antropólogo, documentalista y fotógrafo, planteó que su libro busca desde una metodología diferente y a partir del expediente del Tribunal Especial de Instrucción que se establece entre 1985 y 1986, el cual permite una contextualización de modo, tiempo y lugar de los relatos que llegan a ser hasta de 1,200 en ese expediente. En esa medida, contó que para su trabajo tuvo en cuenta un testigo objetivo al que nunca se le había preguntado nada: el edificio. En esa medida, habla de por qué se pide desde el 4 piso un tirador zurdo, “ese detalle es importante porque la posición a seguro de tiro a resguardo de las fuerzas del Estado en ese piso, permitía disparar sin que le dieran, si fuera diestro, mostraba el pecho y era vulnerable; es una realidad arquitectónica y que no cambia, un muro es un muro y las balas no giran en las esquinas”. Además, contó que con rearmar el edificio, “las fichas empiezan a caer”.

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