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Es un deber no olvidar las tragedias, para no repetirlas: Presidente de la Corte Suprema de Justicia

A 40 años de la toma del Palacio de Justicia, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, hizo un llamado a la memoria y a la desescalada del lenguaje en el país.

Es un deber no olvidar las tragedias para no repetirlas: Presidente de la Corte Suprema de Justicia

Es un deber no olvidar las tragedias para no repetirlas: Presidente de la Corte Suprema de Justicia

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Magistrado Octavio Augusto Tejeiro, presidente de la Corte Suprema de Justicia.

En el marco de la conmemoración de los 40 años de la toma y retoma del Palacio de Justicia, el magistrado Octavio Augusto Tejeiro, presidente de la Corte Suprema de Justicia, se refirió a la importancia de la memoria histórica y advirtió sobre los riesgos de la polarización y el lenguaje agresivo en el país. En entrevista con 6AM de Caracol Radio, el alto magistrado aseguró que recordar estas tragedias es un “deber” de toda la sociedad colombiana.

“Lo primero que debe pensar un pueblo es no olvidar sus tragedias para no repetirlas”, afirmó el magistrado Tejeiro al ser cuestionado sobre el significado de esta conmemoración para la Corte Suprema de Justicia. “Luego, es un deber de todo el Estado colombiano, de toda nuestra sociedad, recordar estos hechos, hacer memoria de ellos, impedir la cultura del olvido”.

Memoria necesaria contra la impunidad

Frente a la pregunta sobre si aún es posible avanzar en responsabilidades y sanciones por los hechos ocurridos el 6 y 7 de noviembre de 1985, el presidente de la Corte Suprema reconoció que, si bien jurídicamente hay aspectos que están cerrados, desde el punto de vista ético aún falta un juicio de responsabilidades en el país.

“Jurídicamente hay aspectos que están cerrados”, explicó el magistrado, “no obstante, desde el punto de vista de la ética, no se ha hecho todavía un juicio de responsabilidades fundamental en el país”. Agregó que en el ámbito jurídico “quedan abiertas todavía las puertas para algunos aspectos” que permitirían responder muchas de las preguntas que aún persisten sobre lo ocurrido.

Magistrado Octavio Augusto Tejeiro, presidente de la Corte Suprema de Justicia.

El valor del informe histórico de la Corte

Al ser interrogado sobre el documento elaborado por los exmagistrados Jorge Aníbal Gómez Gallego, José Roberto Herrera y Nilsson Pinilla, que reconstruye los hechos ocurridos durante la toma del Palacio de Justicia, Tejeiro lo calificó como “fundamental”.

“Ese documento es fundamental porque implica muchas cosas al mismo tiempo”, señaló. Destacó el “esfuerzo grande y desnudado” de los tres exmagistrados que “dedicaron muy buena parte de su vida a hacer la investigación, a recolectar datos, a revisar aquello que hubiera podido no revisarse por alguna razón en los expedientes judiciales”.

Llamado a desescalar el lenguaje y cesar los “fuegos”

El magistrado Tejeiro se refirió también al actual clima político del país, haciendo un llamado a desescalar el lenguaje y a cesar lo que denominó los “fuegos” que afectan la convivencia nacional.

“Hemos sostenido que todos, todos los colombianos, debemos cesar el fuego hoy de la desinformación. Debemos cesar el fuego de la calumnia. Debemos cesar el fuego de la agresión. Debemos cesar el fuego de la violencia”, afirmó con contundencia.

El presidente de la Corte Suprema alertó sobre los “climas de odio” que se están generando en el país: “Estamos generando, no sé si consciente o inconscientemente, generando climas de odio y climas inadecuados para el país, que no le caen bien, que no le vienen bien”.

Frente a las expresiones políticas que evocan a grupos armados como el M-19, el magistrado Tejeiro señaló que si bien “las expresiones de las personas son permitidas en Colombia de acuerdo con nuestras normas”, para la rama judicial representa “un recuerdo doloroso, un recuerdo amargo, un recuerdo triste”.

Sobre el papel del presidente Betancur: un escrutinio pendiente

Al ser preguntado específicamente por el papel del entonces presidente Belisario Betancur durante y después de los hechos, el magistrado Tejeiro evitó una valoración individual directa, pero enfatizó la necesidad de un escrutinio colectivo.

“El papel de cada uno de los actores que estuvieron en esos dos días terribles [...] debe ser motivo de escrutinio, pero no solo por la corte, sino por el país", afirmó. Subrayó que este análisis debe fundarse “en las mejores investigaciones posibles” para poder, eventualmente, “emitir juicios de valor cada vez más certeros”.

Críticas presidenciales a la justicia: el límite está en la agresión

Frente a las declaraciones del Presidente de la República que cuestionan decisiones judiciales, el magistrado Tejeiro fue claro al establecer los límites del disenso. "A lo que no tiene derecho ningún colombiano, incluido el presidente, [...] es a agredir al otro para argumentar, acudir a la descalificación para convencer".

Reiteró que, mientras las decisiones judiciales pueden ser motivo de disenso, la ley establece canales específicos y procedimentales para impugnarlas, no la vía de la descalificación pública que genera un clima de inseguridad para la rama judicial.

Al abordar el debate sobre una posible nueva Asamblea Constituyente, el magistrado Tejeiro reconoció que las reformas constitucionales son una posibilidad legítima de la democracia para mejorar el Estado. Sin embargo, enfatizó que cualquier reforma debe ser "responsable, seria, pensada, analizada, revisada" y, sobre todo, “el fruto de un concierto nacional”.

Puso como ejemplo el proceso de 1991, que, en su opinión, fue exitoso porque fue una “constitución de todo el país” donde “todas las vertientes ideológicas de Colombia estaban allá representadas” y “no fue la imposición de unos vencedores sobre unos vencidos”.

Sobre la calificación de la toma: un rechazo a la valoración positiva de la violencia

Al ser cuestionado directamente sobre si la toma del Palacio de Justicia fue una “genialidad o una torpeza”, el magistrado Tejeiro rechazó enérgicamente cualquier valoración positiva de los actos violentos.

“No puede ser que el acto de violencia, los actos de dolor, los actos de agresión al otro, puedan tener una valoración altamente positiva”, afirmó. Subrayó que Colombia requiere un tratamiento diferenciado “hacia lo positivo, hacia lo grande, hacia lo bueno, hacia el bienestar”, enfocándose en construir un mejor futuro para las generaciones venideras en lugar de glorificar episodios de violencia.

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