Inestabilidad laboral en Comfacor: 6 directores en un año y contratos anuales afectan a la nómina
El Sindicato denuncia que la negativa de la Caja de Compensación Familiar de Córdoba a garantizar contratos de dos años para trabajadores con antigüedad, afecta servicios esenciales como los colegios y fuerza un arbitramento para resolver el conflicto colectivo.

Juan David Carvajal, presidente del Sindicato de Trabajadores a Término Fijo de Comfacor.
Montería
En el marco de la socialización de los resultados de la negociación colectiva, el presidente del Sindicato de Trabajadores a Término Fijo de Comfacor (Sintratefi), Juan David Carvajal, reveló que la Dirección Administrativa de la entidad rechazó la petición central del pliego: garantías mínimas de estabilidad laboral para una planta de trabajadores que llega al 80% de la fuerza laboral.
Carvajal expuso que esta situación genera una inestabilidad que perjudica directamente la prestación de servicios a los afiliados.
Durante una rueda de prensa, el líder sindical detalló la precaria situación contractual que padecen los trabajadores, incluyendo a personas con 30 o 40 años de servicio que, paradójicamente, son contratados anualmente.
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“Y encontramos casos en la caja donde tenemos trabajadores que tienen 30 o 40 años de servicio, incluso más, con contratos laborales de un año, cada año”, afirmó Carvajal. Esta realidad, a su juicio, “debe cambiar”, pues la incertidumbre sobre la prórroga de los contratos mina la confianza del empleado.
Desfile de directores en Comfacor
Esta inestabilidad se extiende a la misma dirección de la entidad. Carvajal contextualizó que en lo que va del año “ha habido 6 directores”, una rotación que agrava la desconfianza institucional.
El impacto de esta falta de continuidad, según el dirigente, trasciende las condiciones laborales y afecta a los usuarios. Puso como ejemplo el caso del colegio de la Caja, donde la terminación de un contrato en abril, en plena preparación de las pruebas Saber, puede dejar a los estudiantes “un mes o dos meses sin profesor”, una situación que, aseguró, “ya ha pasado”.
Frente a esta problemática, Carvajal enfatizó que su pliego se distingue por no incluir peticiones económicas extras. “El pliego del sindicato de nosotros: cero peticiones de auxilios, subvenciones ni prima extra legal”, aclaró. Su única solicitud fue la de “garantías mínimas de estabilidad”. La propuesta concreta consistía en que a los trabajadores con una antigüedad de tres o cuatro años y un buen desempeño se les garantizara “una continuidad medianamente digna de por lo menos 2 años en su contrato de término fijo”.
Carvajal recalcó que no estaban pidiendo “ni siquiera la conversión a contrato indefinido”, a pesar de que la reforma laboral actual propugna por ello. Sin embargo, la Dirección Administrativa respondió con una contrapropuesta que el sindicato calificó como “no aceptable”. Esta oferta se limitaba a trabajadores con más de ocho años de servicio, lo que, según Carvajal, “deja casi el 60% de los miembros del sindicato por fuera”. De los 90 afiliados, solo alrededor de 30 cumplen con ese requisito.
A un tribunal de arbitramento
Ante el fracaso de la negociación directa, el sindicato decidió someter el conflicto a un tribunal de arbitramento. Carvajal explicó que optaron por esta vía porque la huelga se hacía “inviable” al requerir el voto de la mitad de los trabajadores de la empresa, una mayoría que ningún sindicato posee actualmente. No obstante, mantienen una puerta abierta al diálogo, con una reunión pendiente en la Superintendencia, con la esperanza de “anular este conflicto sin que lleguemos allá”.
El dirigente insistió en que su petición no es “nada extraordinario”, sino “los mínimos de estabilidad laboral que dice la Constitución”.




