“Fuimos recibidos a fuego”, General Arias detalla la muerte de presunto delincuente en Córdoba
El Ejército sostiene que el joven falleció en un enfrentamiento durante un allanamiento legal, mientras que la comunidad de Campo Bonito insiste en que fue asesinado mientras dormía.

General Eduardo Arias, comandante de la Brigada 11 del Ejército.
Montería
La madrugada del viernes 17 de octubre dejó una herida abierta en el tranquilo pueblo de Campo Bonito, en zona rural de Ciénaga de Oro, Córdoba. Un operativo conjunto entre el Ejército Nacional y la Policía culminó con la muerte de Marlon David Morelos Herrera, alias ‘Pala’, un joven cuya muerte ahora es el centro de dos narrativas opuestas que han sumido a la comunidad en la confusión y la zozobra.
Mientras las fuerzas oficiales presentan el caso como el resultado de un enfrentamiento con un presunto integrante de un grupo armado, los testimonios locales pintan un cuadro de ejecución, negando categóricamente que se haya registrado combate alguno.
La versión institucional fue respaldada por el brigadier general Eduardo Arias, comandante de la Brigada 11 del Ejército, quien detalló los pormenores de la intervención. Según su relato, la operación se desarrolló bajo órdenes de allanamiento para dos viviendas específicas y fue ejecutada por el Grupo Gaula Militar.
Más noticias
“Entramos con el grupo Gaula Militar, que es el operacional y somos recibidos a fuego”, afirmó el General Arias, describiendo el momento inicial del procedimiento. Ese “fuego directo”, según su explicación, obligó a los soldados a repeler la agresión para defender sus vidas, lo que desencadenó un “fuego cruzado” que culminó con la muerte del individuo. “Eso es un combate”, aseveró el comandante, insistiendo en la legitimidad de la acción bajo el marco de la ley.
Al hombre le hallaron material de guerra
Para sustentar la condición del fallecido como presunto integrante de grupos armados, el General Arias enumeró una serie de elementos incautados que, según dijo, fueron puestos a disposición de la Fiscalía General de la Nación.
“A este sujeto se le encauta un fusil de asalto R15, 88 cartuchos para el mismo, 3 proveedores, un revólver 38”. Además, vinculó a Marlon David Morelos Herrera con actividades criminales más amplias, señalando que su captura o muerte era crucial para “aclarar más homicidios que se han presentado”.
En concreto, el alto mando militar lo señaló como partícipe en “las acciones donde fueron asesinados nuestros dos soldados del batallón Junín” y en un ataque donde “se había afectado un patrullero de la Policía Nacional”. La operación, recalcó, fue el fruto de un trabajo investigativo conjunto entre la Fiscalía, la Sijín y la inteligencia militar.

Material de guerra que poseía el sujeto.
La versión de los pobladores
Sin embargo, esta narrativa de un operativo limpio y un enfrentamiento inevitable contrasta con los hechos descritos por los habitantes de Campo Bonito y los familiares de Marlon David Morelos Herrera.
La comunidad asegura que la madrugada del viernes fue interrumpida por detonaciones aisladas que no configuraron para nada un combate. El razón de esta versión reside en las circunstancias en las que encontraron al joven: según testimonios recogidos en el lugar, Marlon David Morelos Herrera se encontraba descansando en el interior de su vivienda cuando fue sorprendido por las detonaciones.
Minutos después, su cuerpo yacía sin vida dentro del mismo inmueble, dando pie a la creencia de que fue ultimado mientras dormía, sin opción alguna de defensa.
Otros elementos revelados por el Ejército
El General Arias también se refirió a una confusión geográfica inicial sobre la localización exacta de los hechos, situados entre Ciénaga de Oro y San Carlos.
Asimismo, el comandante desmintió enfáticamente rumores que circulaban en algunos medios, los cuales, según él, reportaban de manera inexacta un saldo de seis muertos en el operativo.
“Aclaramos en ningún momento nosotros hablamos de seis… no sé por qué pronto algún medio sabía tan exactamente cuántos sujetos estaban ahí”, cuestionó, revelando la tensión entre la institución castrense y la cobertura informativa. Arias confirmó que varios individuos lograron huir, por lo que las operaciones para ubicarlos continúan en desarrollo.
Mientras el Ejército y la Policía, representados también por el coronel Héctor Ruiz, jefe de la Policía Metropolitana de Montería, mantienen su postura de haber actuado dentro de la legalidad y en defensa propia, el pueblo de Campo Bonito clama por el esclarecimiento de los hechos.
Para las autoridades, Marlon David Morelos Herrera era un objetivo legítimo, un presunto criminal con antecedentes y vinculado a ataques letales contra la Fuerza Pública. Para sus vecinos y familiares, era un joven cuya vida fue segada en la intimidad de su hogar, sin proceso ni enfrentamiento que justificara su muerte.
La Fiscalía General de la Nación, ahora en posesión de las evidencias materiales y los informes, tiene la última palabra para determinar qué sucedió realmente en esa madrugada de octubre en Campo Bonito, en un caso que enfrenta el parte oficial contra el clamor comunitario.




